Policía: ¿sería más eficaz con un mando unificado?
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La Fiscalía General de Coahuila anunció ayer el arresto de 15 personas a quienes se imputa la comisión de diversos delitos, entre ellos el secuestro del familiar de un empresario de la industria siderúrgica en la Ciudad de Monclova.
Mediante una conferencia de prensa encabezada por el fiscal Gerardo Márquez Guevara se realizó el anuncio y desglose de los cinco hechos delictivos por los cuales fueron arrestados los presuntos responsables: tres feminicidios, un asesinato y un secuestro.
Las condiciones en las cuales se realizó la conferencia de prensa evidenciaron el interés de la Fiscalía -o de su titular- de hacer algo más que sólo proporcionar personalmente los datos relacionados con el cumplimiento de su deber y obtener el reconocimiento del público.
Y acaso la intención fuera más política que institucional, si se lee correctamente la acotación que respecto de estos hechos realizó el secretario de Seguridad Pública de la entidad, José Luis Pliego, quien se concentró en “recordarnos” que el municipio de Monclova es uno de los que no se ha adherido a la estrategia del mando policial único.
“El mensaje que enviamos por ejemplo con el mando consolidado a quienes pretenden lastimar a las y los habitantes de Coahuila es que no debería de existir un solo municipio en el que no tuviésemos el control unificado en toda su plenitud de las policías municipales. Cuando logremos eso, seguramente no habrá nadie que desafíe a un municipio”, afirmó el funcionario.
El señalamiento pareciera pretender sembrar la idea de que el secuestro registrado en Monclova “no habría ocurrido” si dicho municipio se encontrara adherido al esquema de mando único. En el peor de los casos, pretendería crear la impresión entre la ciudadanía de que la administración municipal de Monclova “es responsable” de que tal hecho haya ocurrido.
Que el ayuntamiento de Monclova y el Gobierno del Estado tengan orígenes partidistas distintos, sin duda constituye un elemento que obliga a considerar la arista política en el “despliegue promocional” de la Fiscalía General y las declaraciones del Secretario de Seguridad Pública.
Con independencia de que el responsable de la seguridad en el Estado tenga razón al asegurar que el mando policial unificado lanza el mensaje de que violar la ley es mucho más complejo allí donde éste funciona, sin duda resulta criticable que se pretenda aprovechar un suceso de esta naturaleza para “presionar” a una administración de origen partidista distinto.
Y como se ha dicho en múltiples ocasiones, una de las peores estrategias que puede empujarse desde el Gobierno es la de politizar la seguridad pública.
Los desastrosos resultados que tal planteamiento ha tenido en el pasado reciente deberían ser suficientes para inhibir cualquier tentación en este sentido.
En Coahuila, sin embargo, parece que esa lección aún no se aprende y por ello sigue intentándose forzar decisiones a partir de coyunturas que lejos de garantizar la cooperación tan sólo la contaminan.