Precauciones, vacunas, edicamentos, actitudes
COMPARTIR
TEMAS
Semáforo monocromático y estadística necrológica.
Parece que se fundieron las otras luces del semáforo. Tercamente se sigue encendiendo el rojo de “no salir”. Y las estadísticas te dicen cuántos contagiados (registrados) hay, pero el dato maestro, prioritario, eje, es la cifra de fallecidos. El que casi no se publica es el número de quienes, a pesar de haberse agravado, quedaron con vida y volvieron a su hogar con inmunidad temporal. Son los que pueden aportar plasma para reforzar el sistema inmunológico.
La gente va comprendiendo que lo importante es que el virus no llegue a los pulmones. Que, mientras está en la garganta, pueda ser combatido y expulsado al estómago. Si llega a las células pulmonares, entiende que, además del ventilador y el entubamiento, se pueda ofrecer tratamiento con descoagulantes y desinflamatorios para evitar la obstrucción que mata, al mismo tiempo que se impide la asfixia.
Varias vacunas van ya avanzando en sus etapas, como la china, la rusa, la de Oxford y la mexicana. Los investigadores rusos anuncian las últimas vacunaciones experimentales e intentan tener vacuna disponible para diciembre. Además de las consabidas precauciones tan difundidas y las vacunaciones cercanas, se siguen ensayando medicamentos compartiendo resultados.
Sin embargo, nunca lo decisivo es lo que esté pasando, sino qué actitud toma cada persona e institución ante lo que está pasando. Podría hacerse una tipología de actitudes enfermizas, desequilibradas, impulsivas, depresivas, vindicativas, acusadoras, quejumbrosas impacientes y hasta desesperadas. La actitud sana, madura, informada y centrada es también como un medicamento y hasta como una vacuna que nos hace inmunes a todo lo que confunde o desanima o descorazona. Los malestares psicológicos y espirituales son más dañinos que los corporales. Promover, cultivar y reforzar esas actitudes es tarea de familias, comunidades de amistad, instituciones educativas en todos los niveles, medios de difusión no incongruentes, comunidades de fe y servicios psicológicos de calidad, accesibles y generalizados.
ATENCIÓN DISPERSA E INTERMITENTE
Piden que alguien diga por favor si están funcionando unas luces intermitentes. Se asoma el aludido por la ventanilla y dice repetidas veces “ahora sí... ahora no”. Lo intermitente es lo que se interrumpe, que no tiene una actividad constante. La atención de esta generación joven tiene esa característica. Es situación de crisis porque tiene constantes y múltiples interrupciones. Se abre siempre por delante un abanico de opciones que exigen elección, decisión y raras veces reciben concentración y perseverancia.
Seduce lo instantáneo, lo inmediato y no se abraza el esfuerzo comprometido y duradero. El celular no es solo teléfono sino televisión, tele audición y poderosa adicción a chateo, música, juegos, noticias, videos y demás estímulos e invitaciones de pasatiempo. Muy educativo sería que cada media hora tuviera un solo objetivo totalmente absorbente, para estudio, para meditación, para trabajo manual, para orden y organización, para convivencia y recreación, para paseo, para reuniones de servicio suprimiendo progresivamente cualquier interrupción.
BOMBAS DE TIEMPO
Al recorrer alguna carretera en Estados Unidos llama la atención que, de vez en cuando, se ve una caseta pequeña en pleno despoblado. Ahí se vende pirotecnia y explosivos. Lejos de cualquier poblado. En caso de explosión no habrá sino daños mínimos porque la onda expansiva no encuentra nada que destruir. Nuestro país, petrolero y cohetero, ha tenido pésimas y repetidas experiencias de pérdidas humanas y materiales. La explosión de Beirut, cualquiera que haya sido su causa, fue el estallido de esa bomba de tiempo que es la acumulación, en lugar no alejado, de gran cantidad de material explosivo.
Una sana precaución es descubrir a tiempo lo que puede ser explosivo en los hogares, centros educativos, lugares públicos, expendios de gas y gasolina. Y no excluir esas bombas de tiempo que algunas veces estallan en grandes problemas de conflicto y desavenencia en las comunidades familiares. Diálogo, comunicación sincera, rectificación oportuna, acuerdos de responsabilidades y límites evitarán tantas alianzas rotas por falta de oportuna precaución...