¿Qué es un niño?
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Se acerca el 30 de abril, fecha en que se celebra el Día del Niño, pero ¿qué significa ser niño hoy? Quisiera hacer una comparación con uno de mis poemas favoritos recitados por Enrique Rambal, “¿Qué es un niño?”, con el niño generación Z (nacidos después del año 2005) de este nuevo milenio.
Tomaré solamente algunos versos del poema y los analizaré a la luz del niño de hoy:
A los niños se les encuentra dondequiera:
encima, debajo, dentro, trepando,
colgando, corriendo o brincando.
Los niños de hoy no se encuentran dondequiera. Probablemente están en una silla o cama con un celular o tableta en sus manos. Cada vez más veo parques solos, sin niños gritando, corriendo y menos colgados de los árboles. Son niños más sedentarios, medicados para regular su impulsividad, obesos y con menos actividad física.
Un niño es la verdad con la cara sucia,
la sabiduría con el chicle en el pelo,
y la esperanza del futuro
con una rana en el bolsillo.
Niños con menos experiencias con la naturaleza. Cuando mucho conocerán las ranas en un libro o acuario. ¿Cuántos de ellos tendrán la oportunidad de ir a un estanque de agua y atrapar una rana? Nuestros niños crecen en ambientes cada vez más reducidos a la naturaleza.
Un niño es una combinación:
tiene el apetito de un caballo,
la digestión de un traga-espadas,
la energía de una bomba atómica,
la curiosidad de un gato,
los pulmones de un dictador,
la imaginación de Julio Verne,
el entusiasmo de una chinampera y
cuando hace algo
tiene cinco dedos en cada mano.
El niño, por su naturaleza, quiere descubrir y construir su mundo con su propia curiosidad, energía e imaginación. Sin embargo, este milenio se caracteriza de darle un mundo ya hecho y construido. ¿Qué podía hacer un niño con una caja de zapatos? Un carro, un fuerte para sus soldados, una cama o bañera para sus muñecas o una nave espacial que viajaba a la luna. Hoy, una caja de zapatos simplemente es basura. Los niños se la pasan viendo videos infantiles en YouTube.
Le encantan los helados, las navajas,
las sierras, las navidades,
los libros con ilustraciones, el chico de enfrente,
el campo, el agua (pero no en la regadera),
los animales grandes, papá, los trenes
los sábados por la mañana y
los carros de bomberos.
¿Qué les gusta a nuestros hijos? ¿Podemos escribir al menos cinco cosas que les apasionan? Creo que podremos escribir solamente tres cosas y todas relacionadas con la tecnología. En mi punto de vista hemos transformado la naturaleza de ser niño. La niñez ha pasado a ser del pasado. Hoy no dejamos que los niños sean ellos mismos: las piñatas las hemos convertido en pequeñas bodas y estatus social, el juego libre y creativo se ha convertido en entretenimiento de pantallas, la exploración espontánea del mundo y la naturaleza se ha cambiado por su recámara, y su curiosidad natural por entender su alrededor ha sido invadida por sobreprotección para evitar cualquier experiencia negativa. Los invito a revalorar la esencia de la niñez y permitir a nuestros hijos ser niños, y como dice el poema:
Nadie más se levanta tan temprano,
ni se sienta a comer tan tarde.
Nadie más se divierte tanto
con los árboles, perros y la brisa.
@JesusAmayaGuerr
jesus.amaya@udem.edu