¿A qué vienen (en verdad) Lozoya y Duarte?

Pese a que ninguno de los dos ha sido retornado aún a territorio mexicano, ni las promesas expresadas por los abogados de Emilio Lozoya, exdirector de Pemex, ni el expediente de extradición elaborado para detener en Estados Unidos al exgobernador de Chihuahua, César Duarte, ofrecen hasta ahora garantías de que las revelaciones esperadas por parte de los dos inculpados serán un dardo al corazón del PRI y, en particular, acerquen la posibilidad de que el expresidente Enrique Peña Nieto sea implicado en delitos que lo lleven eventualmente a la cárcel.

Según fuentes consultadas por este espacio, tanto en México como en España, Lozoya ha ofrecido 18 horas de grabaciones que, se asume, habría recabado de manera subrepticia durante conversaciones con funcionarios de diverso rango, lo que los implicaría en el manejo de contratos irregulares y sobornos que le habrían sido entregados desde la época de la campaña presidencial de Peña Nieto y hasta el cese del funcionario, en febrero de 2016. Se cree improbable que en esas grabaciones aparezca la voz del expresidente.

Las mismas fuentes dijeron —como le adelanté aquí el pasado domingo— que Lozoya Austin también aportará pruebas en contra de dirigentes de varios partidos y de políticos que arribaron a gubernaturas en ese mismo periodo, a los que se les otorgaron, se asegura, cantidades importantes para aprobar las llamadas reformas estructurales del sexenio, o apoyos a sus campañas. Hoy puedo informarle que se asegura que entre ellos estarán incluidas al menos dos figuras importantes del Partido Acción Nacional (PAN).

Baltasar Garzón, cabeza del despacho ibero Ilocad, lo mismo que su colaborador Antonio Navalón, con larga experiencia en asuntos mexicanos, han conversado con autoridades mexicanas a fin de pactar la extradición voluntaria de Lozoya. Ha trascendido que la factura para este caso de Ilocad lindará los cuatro millones de euros (poco más de 100 millones de pesos). Se prevé que el abogado penalista mexicano Juan Antonio Araujo Rivapalacio tenga a su cargo el frente mexicano del proceso.

Las fuentes consultadas confirmaron que por lo que toca al caso de César Duarte, la acusación que se levantó en su contra abarca peculado y otros delitos derivados de su gestión como gobernador de Chihuahua, pero no el uso de esos dineros para financiar campañas del PRI.

Si al final del día ambas historias no hacen sino rozar al priismo (con el que la 4T parece tener una alianza tácita), el efecto benéfico de una operación limpieza del pasado reciente puede acabar siendo un simple maquillaje electoral en favor de la administración López Obrador y de Morena para la cita con las urnas del próximo año.

APUNTES

Un discreto, pero significativo reacomodo se produjo en entidades ligadas al financiamiento y el abasto a zonas rurales: El pasado 22 de junio, durante una videoconferencia con diputados federales, Francisco Javier Delgado, director de la Financiera Nacional de Desarrollo (FDN), se retiró del encuentro. "Me están pidiendo mi renuncia…", dijo. Lo relevó Baldemar Hernández, un economista tabasqueño de buenas cartas profesionales y un largo nexo con el presidente López Obrador. En este espacio ha sido descrito como personaje cercano a Gabriel García, funcionario clave en Palacio Nacional, desde donde coordina los programas asistenciales.

Baldemar Hernández era esperado en Segalmex, que encabeza Ignacio Ovalle -otro cercano amigo presidencial- para desplazar a René Gavira Segreste, director de Administración y Finanzas de esa dependencia, por quien finalmente entró Óscar Navarro Gárate. Gavira Segreste había acumulado señalamientos de desvíos y licitaciones a modo, aunque también se menciona en ello al director comercial de la dependencia, Manuel Lozano Jiménez

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Alguien debe serenar a Hugo López-Gatell y sus estrategas. Frente el mar contradicciones en el que se ha hundido durante el manejo de la pandemia, y mientras sigue creciendo en redes el mensaje #FueraGatell, sus operadores tuvieron la ocurrencia de sembrar el rumor de que el locuaz vocero sería el nuevo director del IMSS, en lugar de Zoé Robledo. Y en busca de regresarlo a las revistas del corazón, inventaron un romance con una joven funcionaria, la cual debió darse a la tarea de difundir fotografías con su verdadera pareja.

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