Quería llamarme Gaby...
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No me gusta mi nombre. Desde pequeña yo quería llamarme con cualquier nombre menos “Sandra” pero pues es un tema de aceptar que así es como debo llamarme. Al día de hoy he pasado por tanto sufrimiento en mi vida que más que nunca me gustaría dejar de “Sandra” y tener un nuevo nombre como para renacer. Pero no estoy segura de querer cambiármelo porque ese nombre lo eligió mi papá para mí; y hace 1 año lo asesinaron para robarlo, él siempre me decía “¡Sangra! Sangra por las heridas” lo decía para bromear conmigo. Y pensar ahora en querer cambiármelo me hace sentir triste también, aparte no creo que la gente me llame por otro nombre que no sea ese. Nunca me gustó porque es el único que tengo y porque no tiene diminutivo sino San de Santo y no me gusta, algunos amigos me llaman Sandrita o Sandris pero eso no es diminutivo, es como escuchar lo mismo, ¡Sandra! Ojalá tenga un consejo para mí. Siempre me gustó María Gabriela y soñaba con que me dijeran Gaby.
Quería llamarme Gaby
Estimada Quería llamarme Gaby:
Evidentemente nuestro nombre es una seña de identidad que nos diferencia de otras personas. Es lo primero que decimos cuando nos presentamos. Aunque es una importante seña de identidad es algo que no elegimos. No tenemos ni voz ni voto ahí, puesto que aún no existimos o aún estamos en el vientre materno cuando lo escogen para nosotros. Y aunque es algo que no podemos elegir, está demostrado que el nombre tiene un impacto en nosotros. Tiene impacto en la formación de nuestra personalidad.
Es comprensible que no te agrade, pero si vas a quedarte con él, lo mejor es que aprendas a quererlo, que veas la manera de hallarle el gusto y de sentirte a gusto con Sandra. Porque a final de cuentas eres Sandra y no Gaby, entonces si como homenaje a tu papá vas a conservarlo, quiérelo y disfrútalo.