Renuncia Giuseppe Conte como primer ministro de Italia
Se agrava la crisis política en el país europeo en el inicio de sesiones del Senado. Se esperan elecciones anticipadas en las próximas semanas
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, afirmó que presentará su dimisión ante el presidente de la República, Sergio Mattarella, tras la crisis de Gobierno abierta en el país entre el antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y la ultraderechista Liga.
"La crisis en curso socava la acción de este Gobierno que se detiene aquí (…) Aprovecho para comunicar que presentaré mi dimisión como jefe de Gobierno ante el presidente de la República", dijo Conte, en una intervención en el Senado, después de que el líder de la Liga, ministro del Interior italiano y vicepresidente del Ejecutivo italiano, Matteo Salvini, presentara una moción de censura en su contra.
Conte dirigió contra Salvini un discurso muy duro, en el que le acusó de oportunismo y de "irresponsabilidad institucional", al haber desatado una crisis "que ha llevado al país a una espiral de incertidumbre política y financiera".
Se trata de una crisis que, según Conte, «ha comprometido el interés del país y al gobierno del cambio». Según el primer ministro, el comportamiento del líder de la Liga «ha demostrado escasa sensibilidad y grave carencia de cultura constitucional». Conte ha llamado a Salvini un «oportunista político», por su «grave gesto» de «buscar un pretexto», para poner en marcha la crisis de gobierno.
El jefe del gobierno ha sido especialmente crítico, hasta el punto de decir que estaba «preocupado», por la actitud de Salvini de pedir «plenos poderes». Conte le ha reprochado a Salvini su amenaza de que, si pierde el poder, saldrá a las plazas de Italia para recuperarlo. Giuseppe Conte ha destacado que en una democracia son «necesarios los pesos y contrapesos». «Tenemos necesidad de personas con sentido institucional», ha dicho Conte. El primer ministro, que es un católico, fiel devoto del Padre Pío, ha criticado también a Salvini por el uso que ha hecho públicamente de «símbolos religiosos», lo que en opinión del primer ministro puede «ofender el sentimiento del creyente» e ir en contra de la «laicidad del Estado».
Con información de EFE y ABC