Responsabilidad cívica

Vivir en un país democrático conlleva una serie de beneficios y al mismo tiempo de responsabilidades. El ejercicio de nuestros derechos como ciudadanos nos impone establecer el compromiso de informarnos para poder tomar una decisión, consciente y responsable, sobre los gobernantes que elegiremos.

En este marco, el pasado 7 de mayo de 2018 se llevó a cabo el primer Debate Ciudadano en la historia de México, en este caso para la Presidencia Municipal de Saltillo. Debates ha habido muchos, pero lo innovador de este es que fue organizado por Coparmex Coahuila Sureste, el Consejo Cívico de Instituciones de Coahuila A.C., la Unión de Organismos Coahuila Sureste y el Consejo de Vinculación Universidad-Empresa, bajo un esquema que propició la participación ciudadana e inhibió la lucha entre los diferentes candidatos, haciendo preguntas directas de la ciudadanía con temas de fundamental interés para ellos. 

Durante dos meses en todo el País este grupo de ciudadanos trabajó en un esquema de diseño que diera cabida a los diferentes grupos que integran la sociedad, las preguntas se conformaron en tres grupos: un panel de seis especialistas (uno por cada candidato), un grupo de ciudadanos invitados al debate y la participación por redes.

Dentro de este contexto tuve el honor de ser seleccionada para formar parte del panel de expertos, con el tema de Desarrollo Urbano Sustentable. Así como los candidatos tuvieron que prepararse, todos los participantes lo tomamos con toda seriedad y nos preparamos intensamente. Hacer una pregunta, en un lapso de 30 segundos, que contenga lo esencial de lo que tú deseas saber, de lo que consideras es fundamental que tenga un aspirante a la presidencia municipal de tu ciudad, es un gran compromiso y no es cosa fácil.

Finalmente la estructuré y pedí a un candidato que explicara qué estrategias a corto y largo plazo implementaría para garantizar una ciudad resiliente (segura en contexto ambiental), donde se respete y rehabilite los arroyos urbanos, se contenga la invasión de la mancha urbana sobre el área natural protegida, se conviva con el entorno natural y se establezcan programas de cultura del agua para asegurar la permanencia de los servicios ambientales y mitigación contra el cambio climático.

Dentro de la estructura de la misma pregunta iba implícita la respuesta, sin embargo, ni el candidato al que me tocó preguntarle ni ningún otro, supieron expresar que las ciudades deben de desarrollarse en función de las personas, no de los automóviles, ser incluyentes, garantizar la seguridad, accesibilidad y movilidad, y dar calidad de vida a todos sus habitantes. Todo esto implica atender bajo un plan bien estructurado actividades que nos permitan resolver los problemas inmediatos, sin perder de vista que las ciudades son dinámicas y que debemos tener muy claros los objetivos a largo plazo para no perder la dirección. 

Mi conclusión del debate es: excelente por todos aquellos que participaron en la concepción y desarrollo de esta metodología. ¡Muy bien por la sociedad que mostró una gran madurez, pero tristemente, muy pobre la aportación de la mayoría de los candidatos!

¿Qué nos deja? Muchos aprendizajes y el más importante es que, por fin, los ciudadanos comprendimos que tenemos una responsabilidad cívica, que no lograremos nada quejándonos de lo que los demás hacen o dejan de hacer, que el verdadero cambio para lograr el México que todos queremos está en nosotros mismos, en la actitud y responsabilidad con que afrontemos los retos.

Votar responsablemente, según nuestros propios análisis y convicciones, es el primer gran paso pero no termina ahí, lo que sigue es consolidarlo, dándole seguimiento al actuar de nuestros gobernantes para garantizar su correcto desempeño.

MPL Arq Cecilia Pelletier Bravo
ULSA/ Catedrática en Urbanismo y Civilizaciones a partir de la literatura Universidad Carolina / Catedrática en temas ambientales y de sustentabilidad Hestia Arquitectos / Directora de Planeación Urbana y Consultoría Ambiental 
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