Sabiduría en 140 caracteres… 2/2
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Un mundo amordazado se impone. La red, la telaraña todo lo ha podrido. Internet vino a banalizar, a trivializar la vida misma. Debido a la escalada de ataques terroristas en el mundo, a la migración creciente y a la intolerancia religiosa, política y social, una especie de puritanismo y gazmoñería se hacen presentes.
Mantengo mi tesis de que hay que darles acceso a los humanos a la red de Internet… cuando hayan cumplido 25 años o más. Y claro, con tiempos limitados de “navegación”. No más de una hora diaria.
La fotografía le dio la vuelta al mundo. Fue, es una de esas imágenes que se quedan en nuestra memoria para siempre. En una playa de Kos, Grecia (septiembre de 2015), un niño muerto, ahogado, diminuto y desvalido, yace de manera lastimera sobre la arena y las aguas de la mar, las cuales vienen y van, le acarician su pelo yerto. Es un niño sirio, Aylan Kurdi, el cual no llegó a buen puerto. Salió de Turquía con su familia. Murieron su madre, su hermano de cinco años, Galip Kurdi y él. Su frágil embarcación naufragó. Decenas de muertos. Una tragedia… como cotidianamente se ve en Europa debido a los migrantes, a los refugiados desplazados por la guerra del Estado Islámico y su violencia bestial.
Miles de refugiados yacen medio vivos y medio muertos en puntos geográficamente indeterminados, los cuales sólo conocemos de nombre. Están a merced de los elementos climáticos. Una naturaleza viva y burda, cuando no podemos protegernos de ella. La crisis de los refugiados en Europa es de tal envergadura (cientos de miles. Sólo en el mes de enero de 2016, llegaron a la Unión Europea 73 mil 146 personas. En febrero, se han contabilizado 59 mil 794 humanos procedentes de Siria, Egipto, Libia, Túnez, Marruecos, Turquía… países asolados por los yihadistas y ahora, por la violencia extrema del Estado Islámico), que se le considera una catástrofe humana donde no se ha actuado a la altura histórica del problema.
Las fronteras, primero abiertas, ahora están cerradas. Hay vallas fronterizas en Bulgaria, Grecia, Macedonia, Croacia, Hungría, Austria, Eslovenia… con la consecuente herida racial, pero con algo más grave que ello: la muerte por hambre y frío. La ministra austriaca, Miki-Leiner, de plano dijo: “Me pregunto verdaderamente si todavía tenemos respeto por nosotros mismos y por nuestros valores”. Solo en octubre de 2015, quisieron unirse a cualquier país europeo (Europa tiene 27 puertas de acceso, 27 países. Sí, pero ya con caminos cerrados) 221 mil 374 migrantes.
Esquina-bajan
En noviembre de 2015, 154 mil 975 personas que huyen de la guerra y de una muerte segura, buscaron refugio. En diciembre, 118 mil 687 personas tocaron las puertas cerradas. Huyendo de este terror y hambruna creciente, el niño Kurdi y su familia naufragaron antes de llegar a la playa. Su familia había pagado por cada plaza que ocuparían en la frágil embarcación, mil dólares. El infante no pudo librar el naufragio. No sabía nadar y no tenía chaleco salvavidas. La fotógrafa de Reuters, Nilufer Demir sólo hizo su trabajo. Captar con su lente la crudeza y rudeza de lo que el niño simbolizaba.
Una cascada de comentarios en las redes sociales en el mundo, esas que todo lo pudren (Twitter, Instagram, Facebook), criticaron agriamente del por qué se había publicado tan “terrible fotografía”. Miles de asustados cibernautas se escandalizaron con la fotografía del niño muerto, escupido en la playa. Pero nadie se ha pronunciado luego de ello, cuando ahora sabemos que por lo menos 59 mil 794 refugiados claman por comida y que fueron desplazados por la violencia, sólo en el mes de febrero. No he visto cadenas de ayuda en Twitter al respecto.
Pero tampoco, nadie ha clamado ni pedido que se clausure la cuenta de Instagram de Stella McCartney, quien así promueve su fragancia POP, con la imagen de la casi niña, Lourdes León, quien ahora sólo se hace llamar Lola, hija de Madonna. Nadie se ha quejado por la chabacanería de los miles de seguidores que tiene la modelo Kendall Jenner, la cual tiene incendiadas las redes por su “posible” romance con el jugador de los Lakers, Jordan Clarkson. Hoy, la “libertad de expresión y la democracia” se reducen a ser esclavos de 140 caracteres en línea. No palabras, sino caracteres. No ideas, sino ocurrencias. Estupideces, mojigaterías. En ocasiones, muchas pendejadas. El periodismo tiene nombre y apellido, señor César Elizondo. En este caso, Nilufer Demir.
Letras minúsculas
Perdóneme, tengo libros por leer. Y no voy a pertenecer jamás a esa banda de afásicos y claques los cuales sólo pueden “leer 140 caracteres” diarios… fin