Separatismos

Ha corrido tinta con el fenómeno de Cataluña, unos defendiendo la independencia, y los más condenándola. De las opiniones vertidas me llamó la atención, por razones de mi oriundez,  la columna de Javier Villarreal Lozano. El respetado maestro compara los motivos de los catalanes con aquella vieja demanda de amplios sectores sociales de Coahuila y Durango: la formación del Estado de La Laguna. Mi punto de vista es que en nada se parecen los dos fenómenos sociales.

Los catalanes piden independencia atendiendo a razones económicas y políticas, incluso históricas, y reclaman con argumentos nacionalistas su separación de España. Los laguneros exigen la formación de un nuevo Estado por el abandono de los gobernantes de las dos entidades a las necesidades regionales. El razonamiento es claro, es necesaria la formación de una nueva entidad dentro del propio país, pero no por motivos independentistas, sino el reclamo inherente de exigir que los ímpetus de los laguneros sirvan para fortalecer una región que por naturaleza es común. Tanto en la historia, la ecología (geografía), la cultura y la economía, La Laguna es una región bien definida y el pacto federal sólo ha servido para dividir en forma arbitraria un extenso asentamiento con rasgos comunes. Los laguneros eso son, sin importar que el Río Nazas como división natural separe a unos y a otros. De hecho, para ellos el Padre Nazas es el símbolo de su unidad familiar. Tal división que existe únicamente en los mapas y en la política. Y es en la política en donde nacen los reclamos para considerar la existencia de una nueva entidad.

El Estado de la Laguna es un debate de hace muchas décadas y que salta a la mesa de las discusiones sociales cuando la coyuntura política se hace presente. En los últimos meses no han sido pocos los comentarios entre los ciudadanos y las familias de Torreón, Francisco I Madero, San Pedro y Viesca en Coahuila y en Gómez Palacio. Lerdo, Tlahualilo y otros municipios de Durango, acerca de la necesidad de emprender de nueva cuenta la lucha por la formación de un nuevo Estado. 

Si el fraude se consuma y al señor Riquelme lo hacen gobernador de Coahuila, a pesar del repudio generalizado, que por cierto se expresa con mayor coraje en esta región lagunera. No es de extrañar que empresarios, trabajadores y miles de ciudadanos a quienes antes no les interesaba la propuesta, que insisto no es separatista, vean ahora la oportunidad de luchar para formar una nueva unidad, y tener la oportunidad de elegir a gobernantes legítimos. 

Laguneros que estarían felices de olvidarse de las sedes estatales, o sea las capitales de Saltillo y Durango, y se proyecten por motivos económicos y políticos para formar un nuevo Estado.

De contribuir a que un nuevo sátrapa corrupto vuelva a reducir a la nada las finanzas estatales, mejor participar en la construcción de una nueva entidad, son convicciones que están tomando forma entre los jóvenes estudiantes, los trabajadores del campo y la ciudad y entre los empresarios cansados de la burla y la rapiña. No en balde en el último evento que reunió a empresarios de todo el Estado en la Plaza de Armas de Saltillo, el reclamo de la transparencia en el manejo de los recursos públicos fue la demanda más importante. Lo dicho, no es lo mismo Cataluña que La Laguna.           

La del estribo
Los trabajos en el Tribunal Electoral lo único que han demostrado es que el asunto del fraude en Coahuila debe ser muy bien estudiado, de manera que las resoluciones de los magistrados no presenten ninguna rendija para que los abogados de los dos bandos enfrentados encuentren motivos para los amparos. La idea que campea en el debate es que sí hubo fraude, el problema son los fundamentos jurídicos para echar por tierra un hecho que se siente ya consumado por quienes mandan en la administración pública; es decir, el gobernador y sus achichincles. Como los antiguos caciques, Rubén Moreira envía el mensaje de “Riquelme será gobernador, ya no le muevan”. Sin embargo los pueblos no se mueven al capricho del gobernante. Nuestra propia historia es evidencia.   

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