Siete recetas
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Entre más sabemos del cuerpo humano más nos damos cuenta de la importancia de su historia y evolución para entender cómo mantenernos sanos. Las siete recetas más productivas son gratis. Entre todas forman un paquete que se convierte en un blindaje contra la enfermedad y los malestares.
Hay cosas que no podemos cambiar, como por ejemplo nuestra herencia genética. Sin embargo, sabemos que los genes malignos pueden no activarse. Estas siete recetas contribuyen a que se queden calladitos o tranquilos.
1.- En las revistas médicas cada vez se le da más importancia a dormir bien, cuando menos ocho horas diarias. No hacerlo impide que el cerebro se deshaga de la basura acumulada. Eso trae incontables males como por dar un ejemplo, fallas en la memoria o en rapidez de respuesta.
2.- Comer sano es quizá la más conocida. Pero nótese, no es cuestión de bajar de peso. No mates músculo. Cada persona debe encontrar la mezcla que mejor le acomoda. Hay mucha variación en esto. La azúcar es mala. También conviene saber que hay que administrar la flora intestinal pues contribuye a producir neurotransmisores. Las tripas mandan sobre el cerebro, si se lo permitimos; de allí la dificultad de observar las dietas.
3.- Hacer ejercicio es otra receta que no cuesta nada y produce grandes beneficios. No es necesario hacerlo en un gimnasio. Caminar una hora diaria es el ejercicio más benéfico posible. Acelerar el metabolismo tiene efectos duraderos para el resto del día y nos conviene hacer pierna porque éstas bombean sangre cuando dormimos y le dan un descanso al corazón.
4.- Tomar tres litros de agua diario no cuesta. Salvo que por “maña” estés comprando agua en botellas desechables. Monterrey tiene agua con calidad suficiente para tomar de la llave. No contaminas, no gastas. ¡Gracias AyD!
5.- La siguiente receta es librarse del estrés. En este sentido conviene no ser tan preocupón. Ayuda mucho apuntar cosas por hacer y asignar tiempo sobrado para cada cosa. El ejercicio ayuda a combatir el estrés y hablar de dietas ayuda a incrementarlo.
6.- La siguiente receta es más difícil de lograr: sanear tu entorno inmediato. Monterrey falla grave en eso. Hay que limpiar el aire y eso nos toca hacerlo entre todos. Pero no sólo me refiero a vivir en un ambiente libre de contaminación del aire.
Sanear tu entorno también significa estudiar a las personas con las que te juntas. La presión del grupo es un factor enorme para evitar escapar de conductas dañinas para poder cambiarlas por rutinas sanas. Si se trata de salvarte o caer bien a unos cuantos que les importa poco tu salud, la decisión debería ser obvia. Cambia de amigos.
Si tu familia es disfuncional y causante de estrés, no escatimes esfuerzo para empezar a sanearla. La cosa es platicada y con calma. Hay que compartir el plan ganador para que todos participen y se apoyen mutuamente. No se pierde nada con intentar, y si no colaboran toma medidas egoístas para desestresarte tú. Comunica tus nuevas reglas de juego.
7.- Por último me deja un tanto desconcertado la facilidad con la que algunos recomiendan legalizar las drogas. Al contrario, hay que alejarse de ellas todo lo posible. Quienes se sienten atraídos por una felicidad inmerecida deberían mejor poner en práctica las demás recetas para la salud y luego consultar con un psicólogo o con un amigo de verdad.
El cuerpo tiene su propio sistema de recompensas, y ese sistema es el que nos premia para producir aprendizaje o nos castiga para producir aprendizaje.
Alterar el sistema de recompensas está generando gente apática. La gente que fuma mariguana en forma rutinaria es más fácil que al rato caigan en la desmotivación y les valga sombrilla la chamba o la familia. O peor aún, pueden migrar hacia otras drogas aún más esclavizantes.
Agradezco al médico que me motivó a escribir esto. Validé mi artículo con lo narrado por el Dr. Sanjay Gupta de CNN. Los integrantes de la tribu Tsimane del Amazonas, en Bolivia, tienen los corazones más sanos del mundo: nunca se sientan, comen variado y duermen de la puesta del sol al amanecer. Supongo, que lo demás les vale gorro.
javierlivas@kubernetek.com