Sin novedad en el frente
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El caso de Maluma y su nuevo avión privado es un ejemplo de la insensibilidad en que ha caído parte de la población
La nota pudo haber pasado desapercibida si no fuera porque este artista tiene millones de seguidores, quienes se fascinan y embeben con la letra de sus canciones y son seducidos por el monótono ritmo de las melodías del colombiano Juan Luis Londoño Arias (1994), conocido como Maluma.
Y vaya que el intérprete de “Felices los cuatro”, tiene sobrados motivos para estar feliz, feliz, feliz (ahora que este tema está de moda).
LA ÚLTIMA MODA
Dice la novedosísima nota que alimentó hasta el cansancio a sus jubilosos seguidores: “Maluma se mostró llorando al recibir su primer lujoso avión privado” (…) “Se agarra la cara y abraza a su madre, que también está feliz porque su niño cumplió otro sueño”. Uf! Que escena tan conmovedora… ¡Tan feliz!
Pero esto no es todo, ahora, también sus fans tiene razones para estar felices: su modernismo Gulfstream G450 ¡ya ha sido bautizado, lleva el nombre de “Royalty Air”! Y claro, faltaba más, el cantante “humildemente”, quitando todo ego, ya les mostró su envidiable interior.
PERO…
No faltaron las criticas en las redes sociales por esta expresión infantil, pero también por la insensibilidad mostrada por el artista, derivadas de razones múltiples, entre otras: exhibir una vanidad que cuesta millones de dólares, mientras que infinidad de personas, irónicamente muchos de sus propios fans, están sumergidos en la pobreza; el lujoso avión, aparte de su carísimo mantenimiento mensual, genera contaminación y, mientras Maluma anunciaba su novedosa adquisición, en el todo el mundo millones jóvenes se preparaban para marchar, asumiendo la lucha contra el calentamiento global del planeta.
Comprar es un tema inocuo, privado, pero se convierte en ofensa cuando el comprador innecesariamente lo presume, lo hace público y hacer sentir a los otros “poca cosa”.
POSIBLE ORIGEN
En fin, lágrimas como estas son las que surgen de los vacíos existenciales, las que nacen de los grandes “sueños pequeños” como es desear, a los 25 años, un jet privado, o una suntuosa mansión, o no sé qué tantas cosas que son buenísimas para alimentar esas almas insatisfechas de la sustancia del ser.
Maluma, a sus seguidores manda un distorsionado, un siniestro mensaje: estén a la última moda del poseer; es más: impongan la moda y publíquenla en sus redes sociales.
Maluma, a su escasa edad, posiblmente ignora que estos llantos de “felicidad”, que satisfacen las máscaras, las apariencias, que entretejen rostros de acero, que endurecen el corazón, también podrían ser terribles presagios de esa grave sentencia Santa Teresa profetizó: “Más lágrimas se vierten por las plegarias atendidas que por las no atendidas”; él ignora que estas novedosas formas de ser son las redes que teje, intencionalmente, el postmodernismo para acrecentar sus ignorantes seguidores, pues éstos desconocen que son los mejores embajadores de esta decadencia.
SE DICE…
Novedad refiere a la “cualidad de lo nuevo”, a la “cosa o situación que es nueva, que antes no existía, no se usaba o no se conocía; o que existe, se usa o se conoce desde hace poco tiempo”.
Se dice “Sin novedad”, para anunciar que “las aguas” están tranquilas, que no hay riesgos, excepto los ya existentes, pero que no hay motivo de preocupación adicional.
ALL QUIET ON…
Una parte de la letra de la canción de Elton John “All Quiet On The Western Front” (Sin novedad en el frente occidental) dice:
“Sin novedad en el frente occidental, nadie vio/Un joven dormido en el suelo extranjero, plantado por la guerra/Siente el pulso de la sangre humana vertiendo/Ver los tallos de Europa doblan por la fuerza/ Todo tranquilo/Todo tranquilo Sin novedad en el frente occidental”.
Esta canción corea la desgracia de la guerra, que no cambia, que esta quita, igual: “sin novedad”.
En el libro “Sin novedad en el frente”, Erich María Remarque narra, en primera persona, la terrible experiencia que él y millones de jóvenes, alemanes, ingleses y franceses, padecieron durante la Primera Guerra Mundial.
Sin novedad en el frente, refiere a que todo permanecía igual, tal cual el día previo: el mismo sufrimiento, el mismo miedo, la misma agonía, la presencia de la mismísima muerte.
En estos dos relatos la gente clamaba la novedad: la no guerra. La presencia de Dios en la tierra. Lo que aún no existía.
BAUMAN
Hoy, la búsqueda de la novedad se ha convertido en una forma de vida, lo sólido, los valores supremos han sido sustituidos por lo que cambia, por la rápida permuta, por lo intrascendente, por ese Dios adorado: el “Fluido”, el “Cambiante”.
Ciertamente, como lo anunciaba Bauman es sus conceptos de “lo liquido”, no todos tienen acceso a lo “nuevo”, pero lo “viejo” pierde el valor que tuvo, quedando desvalorizado o en el extremo obsoleto, por ello, para existir hoy, hay que comprar en serio y poseer también enserio, pero no cualquier posesión, ésta debe ser y llevar consigna de caducar con rapidez, precisamente para desecharla y comprar otra que cumpla esta sagrada condición.
Es cierto: la vida en una sociedad moderna líquida no puede detenerse. Hay que llevar la novedad a flor de piel: “desprenderse, día sí, día también, de atributos que ya han rebasado su fecha de caducidad y despojarse de las identidades actualmente ensambladas o morir”.
Ejemplo de esto pueden ser los artistas, o políticos u otros tantos distraídos, famosos hoy, olvidados mañana; jóvenes hoy, mañana caducos; acompañados hoy, caminantes solitarios mañana, pues se comieron el mito de la velocidad y la intensidad, no de la constancia, no de la duración, tampoco de la perdurabilidad, menos de lo sólido; porque hinchan sus egos como globos impulsados por lo líquido, lo intrascendente, energía que se transforma en un gas que duerme las conciencias y hace sentir dioses a estos ingenuos.
Para estar a la última moda, lo de hoy es el breve goce de las cosas, para pasar a otras cosas, sean las que sean… ¿Qué otro avión sustituirá al actual cuando Maluma descubra que la lagrimosa y novedosa adquisición de este septiembre, que compartió con el mundo entero, rápidamente pasó a la obsolescencia? ¿Volverá a llorar con sus nuevas adquisiciones? Que “grueso” llorar por un lujo, mientras millones de niños lloran por un pedazo de pan.
El lema de la colorida bandera de la novedad es sugerente: “a la velocidad correcta, es posible consumir toda la eternidad dentro del presente continuo de la vida terrenal”, vaya bandera de vida, tan patética, engañosa y fatídica y, a la postre, sus colores se tornan pálidos, tal vez para anunciar el decepcionante y angustiante desenlace para quien la había enarbolado.
Por estas razones, muchos jóvenes exigen a sus padres lo que no han hecho, y se creen que tienen el privilegio de ser atendidos y servidos. Pero ellos: ni atienden, ni sirven. Solo exigen.
TANTO CAMBIO, PERO NO TODO CAMBIA
Pero, a pesar de las circunstancias actuales, en todo esto existe una asombrosa ironía: ante tanto cambio y novedad, no todo cambia, pues en esta realidad, entre nosotros predomina la sustancia de la “sin novedad”, me refiero a eso que ya apuntaba el escritor potosino Joaquín A. Peñalosa: “el hombre, que se pasa la vida tratando de cambiar y mejorar las cosas que usa, es lo único que jamás cambia y mejora, en un mundo rabiosamente cambiante, el hombre da la impresión de ser un inmovilista redomado”, posiblemente cambiamos lo de afuera como excusa para dejar igual lo de adentro.
Concuerdo con Martin Descalzo, El hombre, que todo lo cambia, es un rutinario en lo que se refiere a sí mismo. Se limita a repetirse y ni siquiera logra poner a sus hijos un nuevo cromado en la dentadura. De seguir el mundo así, tendremos un hombre cada vez más imperfecto que fabrica obras cada vez más perfectas, un creador cada año más viejo que lanza al mundo criaturas cada año más nuevas” (…) ¿Por qué no mejorar la vieja tela de nuestras esperanzas con otra incogible? ¿No sería posible sustituir nuestra «alma-siesta» por una más potente «alma-de-motor-turbo inyectado?”
¡Vaya tragedia! Novedad mundial es el presuntuoso jet de Maluma, pero el alma de la humanidad, incapaz de detectar los sufrimientos de los descartados, que calma solidaridad, misericordia y abundante amor, sigue igual: “Sin novedad en el frente”.
Es cierto: la vida en una sociedad moderna líquida no puede detenerse. Hay que llevar la novedad a flor de piel.
La búsqueda de la novedad se ha convertido en una forma de vida, lo sólido, los valores supremos han sido sustituidos por lo que cambia, por la rápida permuta.
Muchos jóvenes exigen a sus padres lo que no han hecho, y se creen que tienen el privilegio de ser atendidos y servidos. Pero ellos: ni atienden, ni sirven. Solo exigen.
El alma de la humanidad, incapaz de detectar los sufrimientos de los descartados, que calma solidaridad, misericordia y abundante amor, sigue igual: “Sin novedad en el frente”.
cgutierrez@tec.mx
Programa Emprendedor
Tec de Monterrey, Campus Saltillo