Sistema de indicadores, ¿para qué medimos?

“No se puede mejorar lo que no se puede medir”, es una frase utilizada comúnmente en el ámbito de la gestión de procesos. Tanto en el sector privado como en el sector público, las estadísticas proporcionan información referente a dónde estamos y hacia dónde nos dirigimos con respecto a determinados objetivos y metas, o bien, permiten evaluar las estrategias implementadas y determinar su impacto, convirtiéndose así en una importante herramienta para la toma de decisiones. No basta con establecer objetivos estratégicos, es vital conocer si éstos se están cumpliendo. Un sistema de indicadores es una herramienta indispensable para ese fin.

En el caso de la administración pública, los indicadores representan un instrumento que transmiten información científica y técnica, que permite evaluar y predecir tendencias de la situación de una región o una localidad –en lo referente a las cuestiones económicas y sociales–, así como valorar el cumplimiento de las metas y objetivos fijados en las políticas de gobierno. Por ello tienen un papel activo en el mejoramiento de los procesos de formulación, rediseño, seguimiento y monitoreo las de políticas públicas.

La aplicación de los indicadores como instrumentos de control es indispensable en la administración municipal, al permitir la comparabilidad entre el desarrollo económico y el social. Es decir, la prestación del mismo servicio en diferentes ámbitos geográficos permite la comparación del nivel de eficiencia con que cada municipio utiliza los recursos aportados por sus habitantes. Dicha comparación fomentará que cada municipio se esfuerce en incrementar la calidad de sus servicios, a la vez que supondrá información pertinente. Por tanto, se fortalecerá la rendición de cuentas al conocer la utilización de los recursos disponibles y la satisfacción de las demandas públicas planteadas por la ciudadanía.

Con ello es evidente que los municipios se enfrentan a la necesidad de disponer de datos confiables que les permitan ampliar la comprensión de los problemas locales, así como la identificación de los actores e instituciones involucrados y vinculados a dichas 
temáticas. 

La agenda internacional, como es la Agenda 2030, marca una guía que orienta las estrategias para dar solución a los mayores problemas de la población internacional con un fin claro: la erradicación de la pobreza, además plantea el cuidado del planeta como límite para el desarrollo y la prosperidad económica, y se pone al servicio de la mejora del bienestar y la calidad de vida y la expansión de la libertad. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible son universales porque pretenden el cambio de paradigma hacia un modelo de desarrollo sostenible social, económico y medioambientalmente, que implica un compromiso universal; “municipalizarlos” permitiría conocer la situación de los municipios coahuilenses en las metas planteadas en la Agenda 2030.

Dra. Xanin García Posada
Docente-Investigadora de la UAdeC
@Xanin_García

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