Tampiquito y Palo Blanco. Segunda parte. Un muro sin pared
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234: Cuando vieron la casa de éste número en la calle Matamoros del lado de Palo Blanco, les platico que el bróker que se las ofreció en venta los animó diciéndoles que entre las ventajas que tenía dicha ubicación, era que podrían conseguir ayuda doméstica a una cuadra de distancia.
“En ningún otro lado van a encontrar muchachas de salida diaria que no necesiten tomar camiones para llegar a trabajar a la casa de ustedes. Bueno, hay otras calles aquí en San Pedro con las mismas características, pero ninguna tiene tan cerca la necesidad con la solución como ésta”, les dijo.
232: Les gustó esa casa de Matamoros del lado de Tampiquito porque los camiones pasan a tres cuadras y la dueña se animó a decirles que si algún día los despedían de sus trabajos, podrían ser contratados -ella como empleada doméstica y él como mozo o jardinero- en alguna de las casas que están a uno cuantos metros hacia arriba, por la misma calle. “En ningún otro lado van a encontrar la solución a su necesidad tan cerca, porque hasta caminando podrían llegar a sus chambas”, les dijo.
234: Y la compraron.
232: Y la rentaron.
234: Las patrullas de la policía de San Pedro pasan a cada rato frente a su casa. Cuando el nuevo alcalde tomó protesta y empezó su mandato, a menos de un mes recibieron una carta personalizada firmada por él donde se ponía a las órdenes de los “apreciables residentes de la Colonia Palo Blanco”. Es más, también patrullan por ahí las de la Guarida Civil y otras del ejército.
232: De las patrullas nomás ven sus luces cuando doblan una esquina antes de que empiece el caserío de Tampiquito y al nuevo alcalde lo vieron una sola vez cuando andaba en campaña y les pidió que votaran por él como candidato independiente. A los soldados los conocen nada más en los noticieros.
234: En las pasadas elecciones los dos votaron por Anaya -para la presidencia de México- y Rebeca Clouthier Carrillo para la alcaldía, ambos del PAN y por casi todos los candidatos a diputados locales, federales y senadores del mismo partido. Para qué andarse por las ramas. Puro PAN porque panadero es el municipio. Entonces, no razonaron mucho que digamos su voto.
232: Ella votó por MALO para presidente de México y por Miguel Treviño a la alcaldía de San Pedro e incluso lo apoyó durante el plantón que el candidato independiente montó en agosto del 2018 en la plaza principal del municipio, como protesta ante la impugnación que promovió Rebeca. Él votó por Meade para la presidencia y por la hermana de Tatiana para alcaldesa, porque admira al legendario Maquío.
En cuanto a los legisladores, ella optó por Samuel García -del MC- para Senador. Él por Víctor Fuentes -del PAN- y ambos le pegaron. En el caso de los diputados locales y federales por más que analizaron sus perfiles no encontraron a ningún candidato que cubriera sus expectativas. En consecuencia, por ninguno de los tiradores a esos puestos votaron, pero por los demás lo hicieron razonadamente.
234: Como director de RH que es de una de las empresotas dueñas de Caintra -y de sus directores también- tiene como prestación servicios médicos privados en la Clínica Nova y además un seguro de gastos médicos mayores, chiquitos y medianos con ABA. La otra vez que se dio en la madre bajando las escaleras del “decorativo” -perdón, corporativo- donde trabaja en Carrizalejo, por ir baboseando con el celular, ya mero va a parar al Seguro Popular de tan burocráticos que se le pusieron los de ABA para autorizarle un internamiento en el Zambrano. Que si el deducible, que si el co-pago, que si el co-cobro que si el co-esto y lo co-otro. Imagínense, lo querían mandar al San José. ¿Pero cómo es eso?
232: Los dos tienen Seguro Social -ella porque en la chamba de su marido se lo dan como prestación- y hace poco cuando casi se rebana el dedo derecho de la maldición porque la máquina de control numérico donde chambea en Techgen-Ternium se salió de ciclo, lo tuvieron cinco horas esperando en urgencias del IMSS más cercano a Pesquería a donde lo llevaron sus propios compañeros, porque la mentada ambulancia que pidieron nunca llegó.
No se desangró nomás porque le acoplaron unos torniquetes con guantes de látex y unas gasas que los médicos residentes encontraron por ahí. Se tuvo qué aguantar el dolor como los meros machos porque no había analgésicos y no le dio una infección de puro milagro porque tampoco había en la farmacia de la clínica del Seguro, el antibiótico que le recetaron.
234: Él es ministro de la eucaristía en la iglesia San Francisco de Asís -la de Santa Bárbara- y va a dos misas todos los domingos. Una vez llegó tarde a una de esas que le llaman de “cuerpo presente” por la muerte de un ex jefe suyo y tuvo qué sentarse hasta mero atrás. Ahí se lo encontró un amigo bien cábula que le espetó de buenas a primeras: “¿Tú que estás acostumbrado a sentarte a mero adelante para dar las hostias, ¿qué se siente estar ahora tan lejos de Dios?”. “Irreverente”, le respondió el inquilino del 234 a su hoy examigo.
232: Los dos dicen que son “católicos de nombre” porque creen que si le dan al Dios de Spinoza su lugar, no tienen por qué pararse en los templos para demostrárselo.
234: No da el diezmo porque se le hace mucho. Pero da muy buenas limosnas en el templo. La otra vez metió en la urna del “limosnero” designado un billete de $20 pesotes.
232: No dan el diezmo, pero creo que dan más, porque dos domingos al mes llevan comida y apoyan durante medio día en el “Comedor de los Pobres” de la Iglesia Santa María Goreti.
234: La otra vez que ponía la hostia en la boca de una viejita, casi la tira al suelo -a la hostia- de tan temblorino que andaba después de haberle dicho a su esposa hasta de qué se iba a morir -y a resucitar- en uno de sus acostumbradas luchas libres domingueras a 2 de 3 caídas sin límite de tiempo.
Pero como él es bien “profesional”, no tuvo empacho en darle la paz a unos desconocidos a la hora de ese rito en la misa, a pesar de que menos de una hora antes le daba la guerra a su mujer.
232: Claro que se enojan de vez en cuando entre ellos. Los que viven en Tampiquito son mortales, no inmortales como se creen algunos de los de Palo Blanco. Pero han aprendido esto que harían muy bien en aplicar los jefes de las empresas: Cuando critican algo entre ellos, enfocan la crítica al hecho, no a la persona. Y cuando elogian, se olvidan del hecho, y dirigen su elogio a la persona.
CAJÓN DE SASTRE
“Ya quiero leer la 3ª parte, y a ver cómo le haces. Arre”, dice impaciente la irreverente de mi Gaby.
placido.garza@gmail.com