Título: Rebrote o rebruto?
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Abstract: El bicho y los bichos.
Con diferencia de horas, o peor, de minutos, el Secretario de Salud dice: “Hay señales de rebrote del bicho”.
Luego el presidente lo desmiente: “No hay rebrote”, y entonces, para acabarla de desmadrar interviene López-Gatell: “tenemos un rebrote”.
Les platico lo único seguro que tenemos en México: a un rebruto “manejando” las acciones del único tema más importantes que el económico y la seguridad: el de la salud.
Bueno, hay otro que además de bruto es oportunista: Durazo, el que primero fue priista, luego panista, después perredista y ahora es morenista y quiere gobernar en Sonora cuando ni siquiera conoce las oficinas de Morena en Hermosillo. Pero de ese, mejor luego les platico, porque igual o peor están Bartlett, Sheinbaum, Mario Delgado, Ricardo Monreal y otros de las tribus que traen despedazado al partidazo.
El tema es que a los mexicanos nos quieren ver la cara de brutos, ahora que las muertes causadas por el bicho -y por la negligencia de los bichos- frisa ya la friolera de los 90,000.
Eso que dijo López-Gatell de que no pasa nada con las desmentidas entre él, su jefe y el jefe de éste, fue una cantinflada que hizo retorcerse en la tumba al mismito Cantinflas.
“Es que el presidente tiene un contexto más amplio, el de la Nación, al decir que no hay rebrote”, dijo el bruto de López-Gatell.
Entonces, la salud, las opiniones y las cifras de la Secretearía federal de Salud son de una aldea y no la de todo un país?, es pregunta, conste.
“Es por demás con estos brutos”, diría mi abuela la doctora, que también era financiera y comandaba la gendarmería de la cuadra donde vivía.
CAJÓN DE SASTRE
“Pero más brutos que todos esos, somos los que dejamos que nos jueguen el dedo en la boca. Por eso a México se lo está cargando pifas, y mientras tanto, los Dodgers cumplen el pronóstico del ufano presidente que celebra el acontecimiento como si los respiradores artificiales no estuvieran más activos que las televisiones que transmitieron la Serie Mundial. Y mientras tanto los mismos doctores lloran la muerte de sus compañeros que no se dan abasto ante el desabasto de equipo, pruebas y medicinas contra el bicho”, se lamenta la irreverente de mi Gaby.
