Tras ocho años, Patty Schnyder está de nuevo en el US Open
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Ocho temporadas después de su última aparición en el US Open, la tenista que ahora está a punto de cumplir 40 años sorprendió al clasificarse para el cuadro principal en el Corona Park.
Hace exactamente 20 años, la suiza Patty Schnyder lograba uno de los mayores impactos de su carrera al vencer a la alemana Steffi Graf, número tres del mundo y una de las mejores jugadoras de la historia del tenis, para eliminarla en los octavos de final del Abierto de Estados Unidos.
Aquella zurda adolescente nacida en Basilea, en ese momento mucho más famosa que su conciudadano Roger Federer y dueña de un revés con efecto que maravillaba por su estética, atravesó una verdadera odisea en su carrera, ganó 11 títulos, llegó a ser número siete del mundo en 2005 y se retiró en 2011.
Sin embargo, ocho temporadas después de su última aparición en el US Open, la tenista que ahora está a punto de cumplir 40 años sorprendió al clasificarse para el cuadro principal en el Corona Park, donde debutará mañana en el flamante estadio Louis Armstrong ante la rusa Maria Sharapova.
La carrera de Schnyder estuvo marcada por la polémica. Un gurú naturista llamado Rainer Harnecker le recomendó modificar su dieta y empezó a nutrirse casi únicamente con zumos de fruta, lo que provocó que su cuerpo sufriera consecuencias que en su momento generaron muchos comentarios.
Peleada con su familia, sus padres Willy e Iris contrataron un detective privado, Reiner Hoffmann, para que la siguiera e intentara romper su conexión con Harnecker, aunque finalmente la tenista no recompuso su relación familiar y se fugó con el investigador, con quien terminó casada. Años después escribieron juntos una autobiografía llamada "The White Mille" (La Milla Blanca) en la que relataron numerosas anécdotas de aquellos tiempos.
"En ese momento, no había tolerancia con mis errores", recordó la tenista sobre aquellos años oscuros de su vida.
Retirada del tenis y divorciada de Hoffmann, Schnyder rearmó su vida junto a Jan Heino, un empresario alemán-finlandés con el que se radicó en las afueras de Hannover y tuvo a la pequeña Kim Ayla a fines de 2014.
"Después del embarazo, realmente quería ponerme en forma y estar en movimiento", contó al diario suizo "Blick" para explicar los motivos por los que poco a poco fue regresando al tenis. Tiempo después reapareció en la Bundesliga alemana en el club Braunschweiger THC. "Volví a encontrar diversión en el tenis", argumentó.
¿Una muestra de ello? El domingo utilizó su turno de entrenamiento en el Corona Park a las 7:00, mientras su familia, que la acompaña a todos los torneos, todavía dormía. "No llevo una vida de profesional. Las mañanas las uso para el tenis, pero las tardes son de mi hija”.
En 2015, de manera tímida comenzó a tener participaciones aisladas en el circuito de la ITF en torneos cercanos a su hogar, hasta que en 2016 recibió una invitación para el certamen de Gstaad, pero su ilusión de avanzar chocó contra el juego de la checa Katerina Siniakova.
Al año siguiente y a seis temporadas de su última victoria en un torneo de la WTA, la ex número siete del mundo superó a su compatriota Amra Sadikovic para llegar a la segunda ronda de Gstaad. Como no podía ser de otra manera, Kim Ayla, en brazos de su padre, bajó de las gradas y cruzó toda la pista para abrazarse con su madre.
En la segunda ronda, en el duelo que perdió ante la alemana Antonia Lottner, mamá Patty le pidió a su rival interrumpir un saque para enviarle un mensaje a su pareja para que abrigara a la pequeña.
Siempre en familia, es habitual ver a la niña corretear por las pistas mientras su madre se entrena. Sino, la sigue desde las gradas en los brazos de su padre, como lo hizo en los triunfos de la qualy sobre la belga Maryna Zanevska, la rusa Veronika Kudermetova y la local Jessica Pagula que le posibilitaron su boleto para el cuadro principal.
En el cierre de la jornada nocturna en la renovada pista Louis Armstrong, Schnyder, ubicada hoy en el puesto 186 del ranking, se medirá con Sharapova, una vieja conocida de su primera etapa en el circuito. La última vez que se midieron fue hace diez años en Roma, cuando la rusa sumó su séptimo triunfo sobre la suiza, que sólo le ganó una vez hace 13 temporadas.
Nueve años mayor que su rival de mañana, al menos Schnyder se sentirá cobijada ante una compañera de generación. Muy distinto hubiese sido si le tocaba alguna de las 14 jugadoras sub 21 del cuadro, que ni siquiera habían nacido cuando Schnyder ya había llegado a la tercera ronda del US Open en su primera participación en 1997.