Una bella exposición en Palacio
COMPARTIR
TEMAS
Con un nombre muy atractivo, “Ayer en Saltillo, la moda entre dos siglos”, el Patronato Amigos del Patrimonio Histórico de Saltillo, AC, con el apoyo del Gobierno del Estado de Coahuila a través de la Secretaría de Cultura, montó una bella exposición en las salas del Museo de Palacio, en la planta baja del Palacio de Gobierno.
La muestra es un interesante recorrido por diferentes etapas de la moda en la vestimenta y sus accesorios, principalmente femeninos, de fines del siglo 19 y las primeras décadas de la centuria pasada, y se integró en su mayor parte con piezas que resguarda el Archivo Municipal de Saltillo y el Patronato de Amigos del Patrimonio Histórico de Saltillo, una magnífica colección de vestidos antiguos de dama y algunos trajes masculinos, y otros objetos de uso cotidiano y de ocasión, que algunas familias saltillenses les entregaron en donación a fin de que se conserven en mejores condiciones.
Para enriquecer la muestra, el Patronato consiguió añadir a su colección otras piezas que todavía están en poder de las familias, y el resultado fue sobremanera atrayente, casi podría decirse que seductor. En realidad, la exposición enseña la evolución de la vida cotidiana y social y la transformación de las costumbres en Saltillo. Ahí nos enteramos que la crinolina tiene su antecedente en el miriñaque y que en el siglo antepasado no sólo era un objeto de la indumentaria femenina usado para mantener ampona la falda, sino que también, en secreto, servía para que los varones no pudieran acercarse demasiado a las damas, frenados por el vuelo del vestido, que de apachurrarlo se levantaría de atrás y enseñaría los muslos de la dama, tan recatadamente guardados para la intimidad por las señoritas de antes, y cómo se pasó de los tiempos de la crinolina a los vestidos rectos que aunque delineaban el cuerpo de la mujer, todavía no enseñaban otros encantos femeninos que hoy lucen sin restricción las muchachas.
También muestra las distintas modas en los vestidos de novia, al mismo tiempo que permite saber que todavía siguen conservado sus características. Puede uno imaginarse cómo eran los bailes de fines del siglo 19 al contemplar dos bellísimos objetos, llamados “carnet” en la época y que eran una especie de libretas pequeñas, con tapas de terciopelo rojo, uno en forma de abanico y otro con la de monedero femenino, que se entregaban a las señoritas en los bailes para que apuntaran en sus hojas, en la columna respectiva, los nombres de los caballeros a quienes habían concedido un chotis, un walz y otras piezas musicales. Como estos objetos hay otros muy bellos, de épocas pasadas de la vida en Saltillo.
Por la características y la delicadeza de esas piezas que conserva el Archivo Municipal y el Patronato de Amigos del Patrimonio Histórico de Saltillo, y en virtud de que, el recinto del primero no cuenta con un espacio físico adecuado para su resguardo en condiciones adecuadas, inclusive para su exhibición permanente, se hace necesario el apoyo de las autoridades municipales y estatales, antes de que el tiempo acabe con las evidencias que subsisten de la vida de la ciudad en otros tiempos, y que con tanto amor conservaron varias generaciones de saltillenses y ahora cuidan con el mismo cariño las señoras del Patronato.
CAPILLA DE SANTA MARÍA
El señor Rodolfo Ramos del Bosque me hizo una pertinente aclaración, que mucho le agradezco, referente a un dato en mi columna pasada. Escribí que la Capilla de Santa María se construyó en tiempos de don Prudencio de Orobio y doña Ana María de Almandos, propietarios de la hacienda de Santa María. Atendiendo a la fecha en que se terminó la capilla, se levantó antes de que Ana María enviudara de su primer esposo, el capitán Diego de Aguirre. Este último y la devoción de doña Ana María fueron los verdaderos constructores de la Capilla.