Una enorme historia pequeña
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TEMAS
Carlos Zanón
“Intento concentrarme en la viñeta en la que trabajo con la tableta gráfica, pero mi mano se mueve sola y termina dibujando con el rotulador como tantas veces, como siempre, avispas en un papel”.
Temporada de avispas gira alrededor de un personaje, Nuria, y su mirada. De cría, cuando su padre desapareció de su vida y la de Raúl, su hermano pequeño, y de adulta, en una crisis en la treintena. Mantiene una relación que ya se arrastra y la despiden de un día para otro de la revista donde trabaja como ilustradora. El sueño de Nuria era ser un Stan Lee y ama dibujar avispas —a las que, al ser alérgica a su veneno, teme tanto como la fascinan, una buena metáfora de Nuria con la vida—. Toda esa situación y su enquistada buena mala relación con su madre se ve además sacudida por noticias sobre el padre ido. Está muy enfermo, agonizante, en una cama de hospital. Todo este material que en manos de según quién pudiera derivar en un desastre, con Elisa Ferrer se convierte en una gran novela. Ágil, directa, evocadora, sin maniqueísmos de ninguna clase, con quizás algunas subtramas —laboral, amigos—un poco inconsistentes, pero que en todo momento goza de la pericia de Ferrer de edificar unos protagonistas diferenciados entre ellos, tan lejos del cliché como del trazo rápido. Raúl, el hermano; Lucas y el resto de amigos; Juan, la pareja con demasiados años a cuestas, y todos los que aparecen, aunque sean tres páginas, se levantan del papel. Los entiendes, los ves, los oyes hablar.
Temporada de Avispas
Elisa Ferrer
Editorial Tusquets
231 pp