¿Usted qué haría?
COMPARTIR
TEMAS
Imagine que hoy por la noche tocan la puerta de su casa y al abrir se encuentra con que se trata de una pareja
Cuando hoy por la noche se encuentre celebrando la Navidad, conviene recuerde acaso un poco acerca de su origen. La palabra proviene del latín “nativitas”, que significa nacimiento, el de Jesús que de acuerdo a la tradición Cristiana es hijo de Dios y nació en Judea hace poco más de 2 mil años, un 25 de diciembre. En la Biblia, la fuente de referencia histórica del cristianismo, jamás se menciona la fecha de su nacimiento y los únicos que refieren algo al respecto son los evangelios de Mateo y Lucas con sólo vaguedades. Los estudiosos del tema creen poco probable que Jesús naciera en diciembre y aseguran que habría sido marzo el mes de nacimiento del pescador de Nazareth.
Los historiadores mas serios coinciden que la decisión de celebrar la Navidad el 25 de diciembre fue una de carácter político, destinada a competir, debilitar y desaparecer con el tiempo las fiestas paganas romanas como la de festejar al entonces Dios de los romanos, el Sol Invictus y al Dios Saturno. Ambos festejos se celebraban el 25 de diciembre, muchos siglos antes del nacimiento de Jesús.
Además, estos dioses rivalizaban con el cristianismo antes de su consolidación como religión principal en Roma y sus colonias, y fue hasta el año 345, cuando el emperador Constantino hizo posible celebrar oficialmente el nacimiento de Jesús en el mes de diciembre.
Pero hay más, ya que las costumbres navideñas más populares como son Santa Claus, el árbol de Navidad y los regalos son adaptaciones modernas de antiguos rituales paganos que a través de los años se convirtieron en costumbres, tradiciones y hasta leyendas que hoy tomamos como historias reales.
La figura de Santa Claus se basa en San Nicolás de Bari, obispo de Myra en Turquía, un hombre de enorme bondad con los niños. La tradición de instalar el árbol de Navidad proviene de la Alemania del siglo 16 que recogía la costumbre Cristiana de adornar las casas, por su parte la estrella en la punta del árbol tiene origen Filipino.
El escritor inglés Charles Dickens narra en su libro “Un Cuento de Navidad” cómo en la Inglaterra de 1850 se adornaban estos árboles con pequeñas muñecas, joyería, frutas y dulces. El hábito de regalar en esta temporada fue adaptada de la historia de los Tres Reyes Magos (de quienes tampoco existen evidencias) cuando, al llegar a Belén, presentaron sus respetos al príncipe de paz, regalándole oro, incienso y mirra, obsequios que a través de los años evolucionaron en absurdos presentes.
En resumen, acerca de la Navidad y su celebración, la evidencia nos dice que Jesús no nació un 25 de diciembre y que celebrar ese día fue una decisión de la burocracia para empatar la fecha con celebraciones que rivalizaban con el cristianismo. Que San Nicolás jamas existió; que el árbol de la Navidad tiene un origen muy distinto al uso que hoy damos y que la costumbre de regalar fue tomada de los reyes de Oriente, que tampoco existieron. Que ahora mismo los regalos son la excusa perfecta, un intento vano por saldar cuentas con nuestros fantasmas, una forma más de llenar nuestros vacíos y ausencias. Pero a pesar de todo, hoy por la noche celebraremos la Navidad, fiesta de la que preferimos no conocer su origen.
Y aunque hace muchos años perdimos la magia de creer en esta fecha que por muchos años nos hizo sonar y nos alegraba de niños, entendemos que es el motivo perfecto para reunirnos en familia, reconciliarnos con amigos e intentar al menos por una noche estar en paz. Al final, no lo lograremos.
Pero a pesar de que la evidencia abrumadora nos dice que todo lo que tenga que ver con la Navidad ha sido cuidadosamente diseñado para hacernos creer cosas que no sucedieron, o que no fueron como ahora creemos, tenga cuidado. Y es que imagine que hoy por la noche tocan la puerta de su casa y al abrir se encuentra con que se trata de una pareja. Él es un hombre entrado en los 30 años y ella apenas alcanza los 15 y está a punto de dar a luz; ambos de apariencia humilde. Cuando abre, les pregunta qué desean y ellos le cuentan una historia increíble: le dicen que no tienen donde pasar la noche, no disponen de dinero y tampoco tienen familiares en la ciudad y que “en el nombre del cielo le piden posada”. ¿Usted qué haría, les abre la puerta? Feliz Navidad a todos.
@marcosduranf