Vainilla o chocolate
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San Pedro es como otro país. Un municipio mexicano donde vivimos como americanos en un ambiente más relajado, menos rigorista. La forma en que las “vallecitas” (sampetrinas con minivan y celular) manejan sin temor a ser multadas es un claro indicio de la actitud de una clase superprivilegiada.
¿Cómo se gobierna San Pedro? En el manual de instrucciones del PAN dice que basta consentir a los dueños, los ciudadanos, y dar chamba a los miembros del partido. Sin embargo, esta política ha generado un Gobierno disfuncional encabezado por un alcalde caprichoso. La fórmula es sui géneris.
Durante 30 años el PAN ha mantenido el control del Gobierno, que no del municipio. Una cosa es estar en la silla y otra cosa es lo que sucede en la calle. El municipio está dizque blindado, pero eso no evita las ejecuciones a la luz del día.
Metiendo la lupa podemos ver que el Gobierno del PAN ha estado en manos de dos facciones diferentes. Primero gobernó el PAN blanco, de vainilla. Mauricio, Rogelio, Tere, Alejandro Páez. A últimas fechas ha gobernado el PAN de chocolate en manos de Raúl Gracia, Víctor Fuentes y un tal Chefo. Aparece una reedición de Mauricio seguido por su tenme aquí Ugo Ruiz, ambos arbitrarios hasta decir ya no.
El PAN de chocolate perdió la esencia del PAN de Gómez Morín. Son hiperpragmáticos, hiperburocráticos e hipersinuosos. Han llevado al municipio al límite de la vergüenza. Las cuentas claras son una quimera, la participación ciudadana tomó un giro regresivo. Claro, es el PAN que también se ha ido haciendo chiquito en vez de más grande y más ejemplar.
Es una vergüenza que San Pedro sea el municipio más panista del país y cuente con menos de dos mil afiliados. Esto refleja que el PAN nacional es totalmente de chocolate. Es el estilo que impuso Felipe Calderón. En un momento dado, inclusive el PAN de vainilla le negó acceso a Vicente Fox para ser depurado. Cuando el PAN de chocolate toma el poder, solamente practican lo que aprendieron de los antecesores.
El caso es que el PAN tuvo la oportunidad de cambiar el rumbo del país y no lo intentó siquiera. En la vida de un panista lo que sucede al interior es mil veces más importante que los que pasa en el exterior. Son apasionadamente sospechosistas entre ellos mismos.
Ahora el PAN nacional se ve impotente para evitar la llegada de López Obrador. Después de tener dos presidentes panistas, le entregaron al PRI y no entendieron. Ahora se están quedando como testigos en el ungimiento de Andrés Manuel López Obrador como el gran mesías.
La contienda se transfiere a nivel San Pedro, Miguel Treviño como opositor al PAN de chocolate, apoyado por el PAN sabor vainilla. Los panistas chocolate ven una similitud entre el fracaso del “Bronco” y el fracaso futuro de Miguel, a quien sienten dependiente de los exjerarcas Fernando Canales y compañía.
Los ciudadanos estamos quedando con dos opciones: votar por Rebeca Clouthier, electa por los nuevos dueños del PAN, o votar por Miguel Treviño, impulsado por los viejos dueños del PAN.
Los ciudadanos de San Pedro tenemos otra opción, el PAN de fresa, representado por Fernando Elizondo Jr. Quizás él pudiera ser el tercero en discordia. Los votantes de San Pedro son los más listos del país, no creo suceda.
Yo he decidido que el PAN de chocolate merece una sanción. Hice un video apoyando a Miguel Treviño. Sin embargo, creo que Miguel Treviño y Fernando Elizondo tendrían que buscar una alianza si quieren derrotar al votante inercial que le rinde culto a un membrete a pesar de ya esté hueco.
Los vientos de cambio irresponsable soplan a favor de Andrés. Ricardo Anaya no ha sabido o podido producir un milagro. Quedan tres semanas de campaña. Los votantes tradicionalmente panistas –que no son miembros activos– bien podrían tomar la opción Treviño. No arriesgan gran cosa. El problema es la situación nacional y eso es culpa tanto del PAN de vainilla como el de chocolate.
javierlivas@prodigy.net.mx