Violencia/ inseguridad (2)
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TEMAS
Tengo la peor opinión de ellos porque todas las anécdotas que tengo, son bajo un mismo denominador: violencia verbal y luego física, no tienen educación
Si los niveles de violencia e inseguridad con Andrés Manuel López Obrador, presidente de Morena, usted lo sabe, han subido dramáticamente (en ocho meses, 23 mil muertos. La cifra más alta, desde que se hacen este tipo de estadísticas en el país), esta violencia e inseguridad se ha elevado a la “N” potencia por la crisis migratoria desatada por Donald Trump donde AMLO y sus claques, sólo reciben órdenes. No hay planes, sólo agradar al poderoso vecino del norte. En el liminar aquí publicado de esta saga de textos, abordamos aunque someramente la violencia artística desatada por una pésima obra a la cual le dicen arte y que fue colgada en una institución oficial en la ciudad. Luego, en el texto pasado, iniciamos el análisis de la violencia extrema (el racismo) desatado en Estados Unidos con tres matanzas donde el odio se hizo presente bajo un común denominador: hay ciudadanos norteamericanos (una ingente cantidad, en honor a la verdad) que no toleran ya que su país sea posesión de extranjeros.
Tema complejo el tema migratorio, no sólo aquí, sino en todo el mundo. En España, Italia, Alemania y Francia, con la migración masiva de africanos. Aquí, con la migración pesada de centroamericanos, los cuales y desde octubre pasado, se organizaron en caravanas. Hoy el problema es mayúsculo no sólo para Estados Unidos, sino para México y en especial, para estos Estados de la franja fronteriza (compartimos más de 3 mil kilómetros de vecindad con EU). Coahuila no es la excepción, Saltillo y Ramos Arizpe no son la excepción. De entrada le digo: las oleadas de migrantes son un problema. Consumen recursos, logística, tiempo, ingentes hora/hombre de vigilancia… Todo esto podría estar destinado a mejores obras y trabajos. La migración de ilegales vino a pudrir todo.
No tengo la mejor opinión de los centroamericanos (hondureños, salvadoreños, guatemaltecos…). Tal vez son almas de Dios y son muy educados y trabajadores; y cosa curiosa, este tipo de ilegales “modelo” son los que llegan a las casas de los monjes Pedro Pantoja y Raúl Vera, los cuales los defienden a capa, espada y biblia en mano, en contra de los nativos nacionales. Estos hondureños te agreden por un par de tenis “Nike”. Yo tengo la peor opinión de ellos porque todas las anécdotas que tengo, son bajo un mismo denominador: violencia verbal y luego física, no tienen educación, no hacen fila, te insultan; como se sienten inferiores, lo primero que hacen es intimidarte con algún objeto punzocortante. Y ese estribillo machacón que lo copiaron a los cubanos: “Dame un peso, papi…”. Eso son: huérfanos. No tienen padre ni madre (no tienen patria, el lugar de nuestros padres, por eso no tienen valores ni moral). Y como los monjes cristianos no tienen hijos (algunos), pues los adoptan como suyos. ¿Todos los ilegales son santos? Usted tendrá su mejor opinión de esto.
ESQUINA-BAJAN
¿Usted lo recuerda? Corría el mes de septiembre y octubre de 2009, una tragedia terrible se forjó en Saltillo: en plena calle Victoria y Xicoténcatl, en el corazón del Centro, un migrante hondureño llamado Reyes Gustavo Ardón Alfaro, armado con dos filosos cuchillos, apuñaló a la joven saltillense Perla Judith Quintero en más de 20 ocasiones e hirió casi de muerte, a la empleada doméstica, Leslie Flores. El migrante hondureño de corazón ya podrido, torvo y bestial (aunque se alegó en su momento que estaba trastornado de sus facultades mentales), había recibido atención, alimento, abrigo y trabajo por parte de la joven empresaria saltillense que vivía en esa emblemática calle. ¿Ya lo recordó? En esa ocasión pues sí, salieron en defensa del hondureño asesino, los acólitos arriban deletreados.
Esa ocasión publiqué un texto titulado “Crimen y castigo”, claro, haciendo referencia al viejo y perfecto texto de Fedor Dostoievski. Hoy la presencia de hondureños en particular y centroamericanos en general, es legión. Y amamantados estos ilegales por las órdenes religiosas que no pueden salvar ninguna alma de un suicida en pena, pero si hacen ruido mediático con el apoyo a los ilícitos. ¿Por qué protegen ilegales estos sacerdotes y pomposamente les llaman a estos polos de inmunidad diplomática, “Casa del Migrante” o “Centros de Migrantes”? Le voy a platicar lo siguiente: el pasado 23 de julio una camioneta tipo VAN con placas mexicanas, cruzó a toda velocidad el Puente Internacional No. 1, entre Ciudad Acuña e Eagle Pass, EU. Abordo de esta unidad iban 12 ciudadanos rusos sin papales. ¿Sabe qué pasó? Están en la cárcel. Están siendo procesados por ser “criminales” al entrar de manera ilegal a ese EU (Paul del Rincón, Director de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos. 25 de julio).
¿Lo notó? Son leyes, no buenas intenciones. Y las leyes se deben de hacer cumplir. Aquí los hondureños gozan de inmunidad e impunidad y son cebados por los curas de golpe de pecho que buscan ser estrellas mediáticas con hartos reflectores. Avanzamos: la ocho columnas de un diario de la localidad y su posterior investigación de tres días consecutivos, dan transparencia a lo anterior: “Cometen robos y despojos en Nuevo Teresitas. Se apropian hondureños de viviendas”. Si usted observa, lo podrá ver inmediatamente en las fotografías publicadas: todo ilegal, carga y roba inmediatamente un par de tenis de marca, especial los “Nike”. Te madrean por un par de tenis “Nike”. ¿Todos los ilegales son así? No. Pero son ínsulas en el mar de violencia que ellos generan y que aquí lo solapan. ¿Son hechos aislados? No. El 4 de agosto, en pelea callejera en Cadereyta, NL, un hondureño murió a cuchillo. Otro está grave. Próximo texto seguiré con el caso del ilegal muerto por un policía del cual nadie se preocupa y sólo estaba obrando para lo cual fue contratado: hacer cumplir la ley.
LETRAS MINÚSCULAS
Gracias por leerme. Aquí me callo. ¿Me lanzará un anatema el monje Vera López?