Violencia / inseguridad (6)
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Todo el odio, todo el horror, toda la bestialidad concentrada en este hecho pavoroso que AMLO no quiere combatir, prefiere ‘dialogar’
¿Somos los mexicanos más violentos que los salvadoreños? ¿Somos los mexicanos más violentos que los italianos, que los norteamericanos, que los hondureños? ¿Son los oaxaqueños más violentos que los sinaloenses, son los veracruzanos más violentos y sádicos que los coahuilenses? Habría que iniciar un mapeo de brutalidad y maldad. Yo lo hago con las pocas herramientas que tengo a la mano. Los resultados arrojan constante que aquí le voy a dar a conocer. ¿Son los israelitas, los hermanos judíos, el pueblo elegido de Dios, más violento que los españoles o los alemanes o los aztecas o los mayas de nuestra antigüedad?
¿Por dónde empezar, por dónde iniciar a documentar tan y tanto mal y maldad que nos habita?, y que es definitivamente histórico y común a toda nación, aunque en México la brutalidad ha llegado a grados de bestialidad. Lea lo siguiente: “En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: he venido a traer fuego a la tierra ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo ¡y cómo me angustio mientras llega! ¿Piensan acaso que he venido a traer paz a la tierra? De ninguna modo. No he venido a traer la paz, sino la división. De aquí en adelante, de cinco que haya en una familia, estarán divididos tres contra dos y dos contra tres. Estará dividido el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra…” (Evangelio de Lucas 12. 49-53).
Caray, nada más cierto, y es justo lo que ocurre desde siempre y hasta hoy. ¿Entonces de qué asombrarnos si hasta el mismísimo maestro de Cafarnaúm, Jesucristo, lo dejó como enseñanza oral? ¿Dónde está el origen del mal y la maldad que nos habita, el mal es nuestro ADN personal como seres humanos y no hay nada por qué asustarnos de ello? ¿Somos malos por nacimiento y lo que se adquiere es la bondad y cierta tolerancia hacia el otro, hacia el vecino, hacia el prójimo, hacia el próximo?
Lea ahora esto: “(En tiempos de Moctezuma, en 1502 accede al trono en adelante). Los generales y grandes señores capturados servían a un fin especial. A veces se hacía con ellos un sacrificio gladiatorio en que se les ataba por un pie a una gran piedra al pie de la pirámide principal, y allí luchaban contra varios enemigos hasta que caían heridos de muerte por las macanas con navaja de obsidiana. Sus corazones se ofrecían a Huitzilopochtli y también su sangre, y a veces se realizaba el banquete antropofágico de la carne de los prisioneros… se plantaba una estaca en su casa (del guerrero) y se invitaba al banquete a los parientes…” (Libro “Moctezuma” de José Miguel Carrillo de Albornoz, editorial Planeta). ¿Esto es nuestro ADN y no podemos evitarlo? En julio de 2017 aparecieron narcocaníbales en la tierra de AMLO, Tabasco. Dos adolescentes de 16 y 17 años fueron obligados a comer carne humana como rito de iniciación en el Cártel de Jalisco Nueva Generación.
ESQUINA-BAJAN
En plena capital de Tabasco, Villahermosa, estos adolescentes y otros hombres más llegaron en motocicleta a un reconocido lote de autos. Dispararon a todo mundo. Fueron cinco víctimas apenas en su llegada. Pero, las cámaras de seguridad grabaron el horror tabasqueño: decapitaron viva a una persona. A dos más, ya muertos, los decapitaron. Los dos restantes fueron degollados. Todo fue grabado. Como corona, de tan sádica escena, dejaron las cabezas y una manta con un mensaje firmado por el CJNG (diario El País, 25 de julio de 2017). ¿Alguna diferencia con las prácticas rituales y guerreras de los aztecas? No, ninguna.
Lea lo siguiente ocurrido no sólo entre aztecas sino en el llamado sitio de Jerusalén: “Tú, hijo de hombre, tómate un adobe y ponlo delante de ti, y diseña sobre él la ciudad de Jerusalén… Así pues, ha dicho Jehová el Señor: he aquí yo estoy contra ti; si, yo, y haré juicios en medio de ti ante los ojos de las naciones… Por eso los padres comerán a los hijos en medio de ti, y los hijos comerán a sus padres; y haré en ti juicios y esparciré a todos los vientos todo lo que quedare de ti… vuestros altares serán asolados y vuestras imágenes del sol serán quebradas; y haré que caigan vuestros muertos delante de vuestros ídolos… Y pondré los cuerpos muertos de los hijos de Israel delante de sus ídolos, y vuestros huesos esparciré en derredor de vuestros altares… (Ezequiel, fragmentos del capítulo 4 al 6).
¡Ah, se eriza la piel y el esqueleto! Usted me dirá que lo anterior sucedió hace un chingo de años atrás, alrededor del 597 a.C. Pues sí, pero el texto es actual: en lugar de Israel usted escriba Uruapan; en lugar de adobe, puertas y paredes, ponga usted puentes, y como altares usted escriba las principales vialidades de Uruapan, como el bulevar Industrial. El pasado 9 de agosto, en apenas tres kilómetros concentrados de asfalto, aparecieron al menos 19 cuerpos masacrados. Unos desmembrados (“huesos esparciré en derredor de vuestros altares”, dijo el profeta Ezequiel), otros colgados, otros en bolsas… todo el odio, todo el horror, toda la bestialidad concentrada en este hecho pavoroso que AMLO no quiere combatir, prefiere “dialogar”.
¿Ya lo vio y notó, señor lector? Nada de aquello de que hay que aprender de los errores para no repetirlos. Nada de eso, la historia es cíclica y sólo cambia el decorado. Imagino los monjes Raúl Vera López y Pedro Pantoja –los cuales tienen el celular de Dios en las alturas y le mandan mensajes en WhatsApp seguido en horas convenidas– pueden explicar todo lo que he escrito en este apretado texto. ¿Violento y malo fue Moctezuma, violento fue Dios y Ezequiel; Isaías, Nerón, Constantino? ¿Violento y malo fue Emiliano Zapata, Francisco Villa? ¿Es violento AMLO y su lenguaje donde utiliza una y otra vez su metáfora de la basura? ¿Somos basura según él? Sí…
LETRAS MINÚSCULAS
(Procederé) “como se barren las escaleras, de arriba hacia abajo…”, AMLO en varias ocasiones (15 de diciembre de 2017, 11 de febrero de 2018).