Violencia / inseguridad (7)
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¿Hay algo peor a estar muerto o tener a un ser querido muerto? Sí, hay algo peor: es tener a un ser querido desaparecido. Ni vivo ni muerto, sólo desaparecido. Un estado literalmente en el limbo, en la nada. Imagine usted, señor lector, el padecimiento de madres y padres por sus hijos desaparecidos o los hijos insomnes pensando todo el tiempo si sus padres, amigos o vecinos están vivos o muertos. Y con la brutal violencia que padecemos en México, lo anterior es una tragedia igual o mayor que padecer una guerra: los miles y miles de desaparecidos y las cientos de fosas clandestinas con lo cual México y Coahuila es un moridero, un enorme cementerio, una sola fosa común que el Gobierno Federal (panistas, priistas y ahora con Andrés Manuel López Obrador) no ha podido contener. De hecho con AMLO la burocracia en materia de seguridad se ha recrudecido. Él se puede reunir diario con su pomposo gabinete de seguridad en juntas interminables que a nada llevan, pero en la vida real la violencia –con él al frente– tiene la puerta abierta y la impunidad es moneda común.
Gracias por leerme. Muchos hartos comentarios sigue cosechando esta saga donde tratamos de explicarnos la brutal violencia en México y en Coahuila. Le recuerdo que ignoro cuántos textos escribiré al respecto (da para un libro todo lo que ocurre). Hoy arribamos a la séptima entrega y el hilo no se desenreda. No alcanzamos a llegar al meollo de la madeja. Va para largo esto. Y un tema delicado y doloroso es el tema de los desaparecidos (de hecho hace días se celebró, imagine usted el término, recordar, celebrar, dedicar un día a esto, el “Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada”). Y nuestro País ocupa un lugar preponderante en tan terrible tema. Le voy a escribir aquí algunas cifras, pero los datos, las estadísticas, las cifras son frías y no dicen de los miles de dramas atrás de ellas. Drama, llanto y desesperación de las familias y comunidad involucrada. Los datos del horror: se han encontrado 4 mil 974 cuerpos en 3 mil 24 fosas clandestinas en los últimos 13 años. Sólo en este año y en la región lagunera se han ubicado 25 kilos de restos humanos (gobierna el panista Jorge Zermeño). Hay poco más de 114 fosas clandestinas en Coahuila. Según la FUUNDEC hay más de 2 mil 800 personas desaparecidas en Coahuila. Es decir, una tragedia nacional.
Aquí una de las personas que está jugando un papel fundamental para tratar de cuadrar este siniestro puzle es el ibérico Luis Efrén Ríos Vega, director general de la Academia Interamericana de Derechos Humanos. Y sucede una cosa curiosa con el académico que fue quien ganó en tribunales nacionales el juicio electoral y, claro, finiquitó la victoria del lagunero Miguel Ángel Riquelme como gobernador. Sucede lo siguiente: con Efrén Ríos Vega no hay paños tibios ni medias tintas: se le ama o se le detesta. O las dos cosas al mismo tiempo. Mientras un grupo de familiares de desaparecidos lo aman, otro grupo le pone cruces y lo reprueban.
ESQUINA-BAJAN
También lo bien cierto es que Efrén Ríos, amén de ser el puente, la bisagra y de tener el poder de convocatoria para invitar lo mismo a Michelle Bachelet, Alejandro Encinas o a la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, viene editando una amplio programa editorial que refuerza todo lo anterior y ofrece líneas de acción y abona a las ideas en varias problemáticas. Es decir, su conocimiento no sólo está volcado en los derechos humanos y por extensión en los desaparecidos, sino que los libros editados bajo su férula exploran las leyes electorales, la nulidad de elecciones, el acceso de libertad a Internet y un largo etcétera. Aquí abro un breve paréntesis: en dos viajes recientes, uno de placer (Ciudad de México) y otro de trabajo (Zacatecas), por azares del destino, amigos comunes me presentaron a la vez a amigos, los cuales me preguntaron precisamente por los libros editados por la AIDH y la Cedepol. Los libros son en una colección (más de una decena al día de hoy) espléndida llamada “Tirant lo Blanch”.
Estos amigos de la Ciudad de México y Zacatecas me preguntaron por la AIDH y su labor, no por la Universidad Autónoma de Coahuila que, bajo el rectorado del priista Salvador Hernández Vélez (quien no tiene ni ideas ni suerte en su rectorado y los problemas se le multiplican) vive uno de los peores momentos de su historia. Y aquí otra rápida digresión: ¿ya lo notó? Entre Salvador Hernández Vélez (rector de la UAdeC), José Luis Flores Méndez (secretario de Desarrollo Rural) y Samuel Rodríguez Martínez, todos ellos expresidentes del PRI estatal y comités municipales, suman más de 180 años de experiencia y militancia priista. Tienen toda su vida en el PRI los tres, por lo cual serían de una gran ayuda para el Gobernador, ahora que se acerca en el calendario las elecciones del Congreso estatal.
Es decir, si el Gobernador mueve sus piezas en el tablero del ajedrez político estatal, sin duda, Salvador Hernández haría un magnífico papel de proselitismo en su tierra, Viesca (21 mil habitantes). Gris, casi fantasmal luego de que su nombre apareció en las indagatorias en Chihuahua, José Luis Flores podría recorrer casa por casa como promotor priista, su municipio de San Pedro (106 habitantes) y mi amigo Samuel Rodríguez, en lugar de vegetar, marchitar y calcinarse en Torreón, estaría de maravilla en Castaños (más de 28 mil habitantes) promoviendo el voto. En fin, ya me desvié, pero era necesario poner en contexto todo lo anterior. Siempre hay pinzas políticas que inciden en la seguridad. Siempre habrá pinzas de seguridad que incidan en la política. Por cierto y como ejemplo, de seguir el pleito entre Ricardo Monreal y Martí Batres ¿quién sería un precandidato a la Presidencia de México?...
LETRAS MINÚSCULAS
Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración.
No alcanzamos a llegar al meollo de la madeja. Va para largo esto.
Y un tema delicado y doloroso es el tema de los desaparecidos