Violencia oculta y feminismos

Los feminismos viven, la fuerza que han alcanzado, la defensa y la lucha por los derechos de las mujeres ha llegado a todo el planeta. “Si paramos nosotras se para el mundo”, rezaba la convocatoria a la movilización de la “Pandilla Violeta” de la CDMX que convocó a una huelga de consumo; el Frente Feminista de Saltillo estuvo recibiendo material para realizar un tendedero virtual de agresores; las 32 entidades tuvieron actividades en pro de los derechos de las mujeres, la igualdad y el reclamo de medidas eficaces para frenar los feminicidios en un país profundamente machista en el que el sólo hecho de ser mujer es un peligro de vida y lo que explica que esta fecha ya sea icónica.

El feminismo ahora es global, es un movimiento que se preocupa por el avance de los derechos femeninos a nivel mundial, adopta causas globales o actividades que buscan desmantelar estructuras presentes en el patriarcado internacional. 

Ya no se puede hablar de feminismo en singular, hay clasificaciones que lo organizan según las etapas socioeconómicas, políticas y culturales de las sociedades; el feminismo liberal es una teoría feminista centrada en el individualismo, en la capacidad de las mujeres para lograr la equidad mediante sus acciones y decisiones, la batalla se sitúa hacia finales de 1800, hasta mediados de 1900, con el objetivo de alcanzar el voto femenino y logar la libertad individual ganando la igualdad y poner fin a la crueldad de los hombres en contra de las mujeres. 

El feminismo marxista surgió en la década de los setenta del siglo XX y defiende la implantación del socialismo como forma de liberación de las mujeres, ya que considera que el capitalismo conlleva en sí la opresión femenina, desigualdad económica, discriminación política y relaciones sociales tóxicas sostenidas por el sistema patriarcal, se comienza a impulsar la igualdad de género; la subordinación de la mujer es vista como una forma de opresión que es mantenida porque sirve a los intereses del capital y de la clase dominante.

El feminismo postcolonial surge como una reacción a las teóricas feministas de los países desarrollados que parecían excluir a las mujeres no blancas que son vistas con cierto racismo, se argumenta que el feminismo “dominante”, no analiza a la mujer por clase social, raza, etnicidad o preferencia sexual, el concepto de colonización ocupa numerosos espacios, puede referir a formas sociales, políticas, y económicas de esclavitud en una sociedad. 

Estos 3 tipos de feminismos son breves ejemplos para visualizar que dependiendo de las formaciones sociales afloran diferentes definiciones y teorías feministas. 

Alguien podría decir: ¿y para qué sirven estas teorías?, en realidad son formas de buscar las causas del sometimiento femenino al patriarcado y de buscar brechas para superarlo. 

En México el feminismo se encuentra en erupción, se ha descentralizado, ya no se concentra en la CDMX, incluso las comunidades indígenas están participando en la elaboración de demandas de género, entra de manera masiva a presionar y alzar la voz por las injusticias que todavía se viven y de manera especial en contra de la violencia contra las mujeres, es un movimiento popular que se expresa de manera áspera, rígida contra las instituciones estatales. 

Llama la atención que hasta los medios de comunicación –que fueron muy reacios a aceptarlo- en alguna medida han cambiado la forma de tratar al feminismo, ya no se le estigmatiza sin más, hay disposición para visibilizarlo y profundizar en los problemas sociales que se generan en torno a la violencia hacia las mujeres, sus efectos y las escazas respuestas del Estado para darles solución. 
Posdata 

Más claro ni el agua, el señor Riquelme, sin mínimo pudor, afirmó que votará por el PRI y señaló la línea que seguirá su partido en estas elecciones: “aquí no cabe la prudencia ni la sana distancia, es de frente y con convicción”, léase compra e inducción del voto, intervencionismo absoluto. 

Fuera el PRI, alto al pago de la megadeuda, que paguen de su bolsa los dos exgobernadores anteriores que la contrajeron y el actual que mantiene connivencia con aquellos.

Rosa Esther Beltrán Enríquez
Horizonte ciudadano