'¿Y cómo vas a reportar a los accionistas la lana que pagaste por los tamales?'
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La cuenta 015671181 de Banorte, a nombre del cliente R06HHQSHCP LOTENAL DE Banorte, no ha recibido ni un solo peso desde el pasado 12 de febrero.
Ese día fue la famosa cena de tamales y atole con el dedo que fue recetada a unos cien empresarios que fueron citados a que se dejaran caer con una lana para la rifa del avión presidencial.
Les platico: Una fuente bien confiable dentro de las altas esferas de ese banco mayormente de capital regiomontano, me dio ayer ese dato y me confió que uno de los capitanes de industria de a deveras que vive en San Pedro Garza García, se acercó con él para saber de primera mano si cualquiera de las cuentas de sus empresas registraron en los últimos días movimientos hacia dicha cuenta.
Mi fuente le respondió que no y merced a la confianza de más de 20 años que hay entre ambos, se animó a preguntarle la razón de tan inusual consulta.
Y palabras más palabras menos, esto fue lo que el industrial le respondió: “Como sabes, somos una empresa pública y no solo cotizamos en la Bolsa de Valores de México, sino que además estamos listados en las de Nueva York.
Por lo tanto, cualquier movimiento del rango de los $20 millones de pesos, poquito abajo y todo hacia arriba, con fines no presupuestados, debe ser consultado con los consejeros en las juntas periódicos de temas especializados que tenemos.
Uno de nuestros vice presidentes de más rango estuvo en esa cena y hasta ahora no nos ha reportado nada relacionado al supuesto compromiso que los hicieron firmar para la compra de los cachitos de lotería con que se va a rifar el avión presidencial.
Supusimos que salió libre de esa cena, pero quise asegurarme, ya ves que las tentaciones del protagonismo político son muchas ahorita”.
Mi informante le dijo que estuviera tranquilo pues ni un centavo se ha movido -hasta ayer- de sus empresas hacia esa cuenta de la Lotería Nacional.
De todos modos, el capitán le pidió: “Ahí te encargo que me avises si notas algo”. Hasta aquí lo relativo a ésta fuente de información.
Ahora sí, como dijo Jack El Destripador: Vámonos por partes. Arre:
¿Cuántas de las empresas que estuvieron representadas en la famosa cena de los tamales y el atole con el dedo, son públicas?
Veamos algunos de los nombres que ahí estuvieron y dejo a mis lectores la tarea de averiguar cuántas de las empresas que representan, cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores y de otros países:
Antonio Suárez, presidente de Grupo Mar, la del atún Tuny; Carlos Bremer, director general de VALUE Grupo Financiero; María Asunción Aramburuzabala, directora general de Tresalia Capital; Carlos Slim, presidente de Grupo Carso; Emilio Azcárraga, presidente de Televisa; Miguel Rincón, compadre de López Obrador y dueño de Bio Pappel, antes Empaques de Cartón Titán, que compró a la familia Garza Sada de Alfa hace varios años.
Carlos Peralta, presidente de IUSA; Miguel Alemán Velasco, presidente de Interjet, Humberto Garza, presidente de FAMSA Fabricantes Muebleros y del banco que lleva ese nombre;
Por el lado de los organismos cúpula del sector privado -que obvio no cotizan en ninguna Bolsa- Carlos Salazar Lomelín, presidente del CCE; Vicente Yáñez, dirigente nacional de la ANTAD; Bosco de la Vega, líder del Consejo Nacional Agropecuario; Benjamín Hernández, ex presidente de Coparmex Oaxaca.
Tomemos un ejemplo: Bremer es el mero mero de VALUE. Es empresa pública y su clave de pizarra es VALUEGFO, cuya acción cerró ayer a la baja, a $127, cuando el 31 de diciembre andaba en $129.75.
A su salida de la cena declaró que él había aportado una cantidad de dinero acorde a su peso y soltó la carcajada. Entonces VALUE debe haber sido sableado por los $200 millones que era la opción más alta de la “aportación voluntaria” que MALO les pidió.
Mi pregunta es: ¿Tomó en cuenta a sus consejeros y principales inversionistas para dejarse caer con esa ayuda para comprar cachitos de la rifa del avión?
Aquí espero, Carlos, tu respuesta y mientras tanto, déjenme decirles lo que un empresario de los grandes de Monterrey me dijo lo siguiente, cuando me lo encontré desayunando en el Club Industrial, con la condición de que omita su nombre.
“De todos modos los que saben van a saber que fui yo, pero por lo pronto, tú no publiques mi nombre. ¿Okay? Arre y lo cito textualmente:
“Es inaudita la mansedumbre y estupidez de los empresarios que están bailando al son que les toca el titiritero del Palacio Nacional. Qué pendejez tan mayúscula la de ellos y peor aún si fueron pastoreados por Carlos Salazar y Poncho Romo. Has de cuenta que iban igual de contentos y engañados que los judíos rumbo a los hornos crematorios de Auschwitz”.
En la madre, le dije y pregunté: Y ustedes, los grandotes, ¿qué están haciendo para que esto no suceda?
Y me respondió: “Por lo pronto, diciéndote lo que hoy te digo para pedirte que lo publiques, y de lo que suceda por el lado de la IP, te vas a ir enterando pronto”.
Es un hecho, los organismos intermedios del sector privado se caracterizan como nunca por el entreguismo de sus líderes.
De Poncho Romo se entiende, porque él está jugando sus cartas buscando sepa el Dios de Spinoza qué desde adentro de la 4T.
Y los otros dirigentes empresariales, cada vez muestran más sus intenciones, que tienen qué ver mayormente con lo político, en vez de ocuparse de la defensa y representatividad de los intereses del empresariado.
Es bien sabido que los grandes oligopolistas que se codean con MALO, buscan preservar sus canonjías logradas con el PRI y con el PAN, por eso ahí están, haciéndole la barba y el caldo gordo, sirviendo de carnada para atraer a peces más pequeños.
Pero que no se les olvide que quien mueve hoy sus hilos, tiene una memoria de dimensiones planetarias y quienes le conocen de cerca -como su gurú Elena Poniatowska- quien me dijo cuando apenas ganaba la presidencia, que al tabasqueño no le gusta trabajar con quienes piensan diferente a él y no se olvida de los que se la hayan hecho.
A menos de que esos líderes de la IP estén yendo más allá del mimetismo que les da vivírsela en Palacio Nacional. No vaya a ser que de acólitos que eran del evangelio morenista, sean ya apóstoles juramentados que predican la palabra de la 4T.
CAJON DE SASTRE
“Si lo que dices está sucediendo, pobre México, porque cuando se den cuenta del engaño, esos empresarios y sus líderes de pacotilla van a agarrar sus garras para irse a la Costa Azul o a la del Sol, que tan de moda está hoy por hoy, y nos van a dejar con el paquete”, dice la irreverente de mi Gaby.
placido.garza@gmail.com
Plácido Garza