‘¡Ya basta!’ El grito de la indignación
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Y quien tiene la obligación de proporcionarnos la información puntual, respecto de todos los hechos que forman parte de este caso, es la autoridad encargada de investigar y perseguir los delitos
Decenas de gargantas, reunidas en la explanada de la Plaza de Armas de Saltillo, corearon ayer una y otra vez: “¡Ya basta!”, un grito que por desgracia se repite con insana frecuencia en nuestro país, solamente que con un nombre diferente acompañándolo en cada ocasión.
Las palabras de la oración constituyen, al mismo tiempo, una exigencia y un reproche; una súplica y una recriminación. Porque al tiempo que se demanda la acción de las autoridades para castigar un delito, se reprocha que el feminicidio de Alondra –y de todas las demás mujeres que han muerto víctimas de la violencia de género– pudo evitarse.
Como se ha informado de manera profusa, la joven saltillense desapareció el lunes de la semana anterior y su familia habría reportado a la Fiscalía General de Coahuila el último lugar donde se le vio con vida, lugar donde finalmente fue localizado su cadáver el sábado pasado.
Las circunstancias que rodean el caso, desde la desaparición hasta la localización del cuerpo sin vida, han llevado a la familia de Alondra, así como a diversos colectivos feministas, a plantear que las autoridades no actuaron con la diligencia debida y que ello marcó la diferencia en el desenlace.
Quienes solamente somos espectadores de la controversia carecemos de elementos objetivos para pronunciarnos en un sentido o en otro, pero sí tenemos interés en el tema porque se trata de uno de los rubros más sensibles de la agenda pública que a todos incumbe.
Y quien tiene la obligación de proporcionarnos la información puntual, respecto de todos los hechos que forman parte de este caso, es la autoridad encargada de investigar y perseguir los delitos. Tuvo que ser el sgobernador del Estado, Miguel Riquelme, quien diera parte de los avances en la investigación, que derivó la noche de ayer en la detención formal del presunto responsable.
Aquí, como en cualquier tema de interés general, aplica la regla según la cual en materia de información los vacíos no existen; si quien tiene la responsabilidad de proporcionar información objetiva incumple con su deber, el vacío generado se llenará con trascendidos, versiones distorsionadas o, en el peor de los casos, con mentiras.
La familia de Alondra, y quienes desde la sociedad civil se movilizan para demandar garantías de protección para las mujeres, tienen todo el derecho de sumar la indignación al dolor que les ha provocado este nuevo feminicidio registrado en Coahuila.
Las autoridades, concretamente las de la Fiscalía General de Coahuila, tienen la obligación no solamente de integrar el caso y llevarlo ante un juez. También les corresponde el deber de ofrecer a los deudos toda la información relativa a la ruta seguida desde que tuvieron conocimiento de los hechos.
Si, como se ha denunciado, hubo fallas o falta de diligencia para atender la denuncia y procesar la información proporcionada por la familia de la víctima, lo que corresponde es investigar también, ordenar un informe pormenorizado y pulcro para, en su caso, proceder en contra de quien hubiera faltado a sus deberes. Pero en el centro de todo ese proceso se encuentra, en primerísimo lugar, el compromiso con la verdad y el estado de derecho.