Björndalen, historia viva de los deportes de invierno
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Björndalen, no es el más grande biatleta de la historia, sino de todos los deportes invernales, con grandes triunfos en todos los niveles.
Madrid, España.- Con 35 años y aún sus condiciones intactas, el noruego Ole Einar Björndalen se ha convertido en el deportista de invierno más laureado de la historia, al acumular 87 grandes triunfos.
Bjorndalen, nacido el 27 de enero de 1974 en Drammen, supera ya en una victoria a otro mito de la nieve, el esquiador alpino sueco Ingemar Stenmark, que logró entre 1975 y 1983 subirse en 86 oportunidades a lo más alto del podio.
El nórdico se ha tenido que ir más lejos de donde suele, a la estación surcoreana de PyeongChang, para añadir de momento tres muescas más en su 'rifle' y acumular, tras su tercer oro en los Mundiales de biatlón, 87 victorias.
Björndalen, por tanto, no es el más grande biatleta de la historia, sino de todos los deportes invernales, con grandes triunfos en todos los niveles.
Incluso fue el primer biatleta de la historia en ganar una prueba de la Copa del Mundo de esquí de fondo en Gallivare (Suecia) en 2006.
Es también el único biatleta que ganó todas las pruebas individuales en las que participó durante los mismos juegos olímpicos, hazaña que logró en Salt Lake City 2002, y el tercero que ganó cuatro medallas de oro durante los mismos Juegos del invierno.
Reside en la aldea de Toblach, en la provincia de Tirol del Sur (Italia), y en Obertilliach (Austria) con su esposa, la biatleta italiana Nathalie Santer, con la que contrajo matrimonio el 27 de mayo de 2006.
Aficionado también a las motos, equitación, escalada y ciclismo, se dice de Björndalen que destaca por su humildad y por su capacidad de trabajo. "Un día sin trabajar es un día perdido", ha llegado a asegurar.
Su dilatada carrera comenzó muy pronto junto a sus hermanos Dag (el mayor) y Hans Anton (el menor). No tardó en despuntar y en irse convirtiendo en la gran referencia para todos los biatletas, tanto que muchos le conocen como el "Rey Ole".
Al margen de sus innumerables triunfos en la Copa del Mundo de biatlón, ya suma trece oros en los Mundiales de este deporte y nueve metales olímpicos, cinco de oro (el primero en Nagano'98 y los cuatro de Salt Lake City 2002), tres de plata y uno de bronce, y sólo se quedó sin podio en Lillehammer'94, Juegos en los que, con 20 años, fue séptimo en el relevo y ocupó el puesto 28 en los 10 km y el 36 en los 20.
Sus triunfos se fraguan en su excelencia en el esquí de fondo, porque aunque sus porcentajes en el tiro son magníficos, no son ni mucho menos los mejores del circuito.