Cachorros quieren acabar una espera de 99 años
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<strong>Chicago, EU</strong>.- Lou Piniella recibió toda la información precisa cuando hace casi un año fue presentado como manager de los Cachorros. Cuando le dijeron que se aproximaban a los 99 años desde el último campeonato de Serie Mundial, Piniella reaccionó medio aturdido.
Piniella se encargó de transmitirle esperanza a los fanáticos del equipo de Chicago, el mismo tipo de optimismo irradiado por una larga lista de pilotos durante una sequía que se extiende a 1908. ``El momento apremia. Vamos a ganar de una vez por todas'', declaró Piniella.
Hasta ahora, Piniella ha cumplido. Y es por ello que la mera mención de su nombre suscitó el coro de ``Louuuuuuu'' por parte de los leales pero sufridos aficionados que acudieron a un acto de apoyo público al equipo el lunes.
Los campeones de la Central de la Central arrancarán su paso por los playoffs el miércoles en Arizona. Hubo momentos esta temporada en el que dio la impresión de que la promesa de Piniella caía en saco roto y la postemporada se avizoraba como una quimera.
Durante una campaña que comenzó mal, con los Cachorros con récord de 22-31 en junio y a ocho juegos y medio de la punta, Piniella reconoció que la tarea era mucho más dura de lo anticipado.
Hace 17 años, Piniella condujo a los Rojos de Cincinnati a una barrida de cuatro juegos sobre los favoritos Atléticos de Oakland para conquistar la Serie Mundial. También condujo a Seattle a una campaña de 116 victorias, pero no pudo llevarlos al Clásico de Otoño.
Luego de un paso para el olvido con los Devil Rays de Tampa Bay, el equipo de la ciudad donde reside, y como comentarista de televisión, su nueva misión fue la de conseguir que los Cachorros accedan a su primera Serie Mundial desde 1945.
Ese fue el año, según la leyenda negra del club, que los Cachorros fueron maldecidos por el dueño de una taberna y su cabra tras ser largados del Wrigley Field durante la Serie Mundial.
Una cosa son supuestas maldiciones, pero los desplomes del equipo han sido reales.
Chicago tambaleó con otro la semana pasada, cuando perdió tres juegos en fila ante los aniquilados Marlins de la Florida. Piniella trató sacarle presión a sus pupilos y hasta le extendió una invitación al actor y comediante Bill Murray, viejo fanático de los Cachorros, para que les acompañase durante una práctica de bate antes de un juego.
Ello no sirvió para conseguir victoria en Miami, pero los Cachorros pusieron la casa en orden y aseguraron su gallardate el pasado viernes en Cincinnati.
Luego de sufrir 96 derrotas y quedar últimos en el 2006, provocando la salida del manager Dusty Baker y el máximo ejecutivo Andy MacPhail, los Cachorros se gastaron 300 millones de dólares en contratos durante el receso.
Los Cachorros se alzaron con la división más débil de las mayores. Pero el año pasado, los Cardenales de San Luis quedaron primeros con foja de 83-79, se prendieron en el momento justo y vencieron a Detroit en la Serie Mundial.
``Uno avanza y entonces cualquier cosa puede pasar'', dijo el segunda base Mark DeRosa.
Chicago se dio cuenta de ello de una forma muy cruel hace cuatro años, en la primera campaña de Baker, cuando dilapidaron una ventaja 3-1 en su serie sobre los Marlinspor el campeonato de la Liga Nacional.
Los Cachorros ganaban 3-0 en el octavo inning del sexto juego, a cinco outs de la Serie Mundial, pero los Marlins fabricaron una racimo de ocho carreras. Florida derrotó después a Kerry Wood, ahora un relevista en el séptimo juego y conquistó la Serie Mundial.
Además de Wood, los Cachorros cuentan con varios jugadores fundamentales con experiencia de postemporada: Alfonso Soriano, Aramis Ramírez, Carlos Zambrano, Cliff Floyd, Jacque Jones, Ted Lilly, Jason Marquis, Jason Kendall, DeRosa, Bob Howry, Scott Eyre y particularmente Derrek Lee, quien fue verdugo hace cuatro años como integrante de los Marlins.
Quizás esta será la temporada en la cual dejarán de prometer que el próximo año será el bueno. Enfrentarán a unos Diamonbacks que ganaron cuatro de los seis juegos entre sí en la temporada regular.
``La verdadera presión es meterse en los playoffs. Ya superamos eso'', dijo Piniella. ``Le he hablado un poco al equipo, pero creo que la experiencia por cual han pasado es mucho más beneficiosa sobre cualquier cosa que pueda decir''.