Ecos de ultratumba estremecen a Saltillo

Circulo de Oro 2021
/ 30 julio 2008

    La compañía de Teatro Delfos envuelve y atrapa al público ávido de leyendas saltillenses

    La oscuridad de la noche se anuncia con las últimas campanadas de la Catedral.  Transeúntes del Centro Histórico de Saltillo tienen como destino el patio de una vieja casona, donde según cuentan las malas lenguas "espantan" y al parecer estas almas inocentes que gustan del drama recibirán una espeluznante sorpresa.

    Dicen que sólo se ve lo que se quiere ver. Los personajes del clásico corrido saltillense "Rosita Alvirez" comienzan a materializarse, despacio, como los fantasmas de la vida cotidiana que sólo esperan a alguien que los quiera ver. Es entonces cuando el corrido, la música y la tradición mexicana se conjugan con la muerte y el teatro: La función ha comenzado. La compañía de Teatro Delfos envuelve y atrapa al público saltillense que se da cita en el Museo Rubén Herrera, en el marco del Festival Viva Saltillo.

    Los actores Adriana Rojas y José Guadalupe Aguirre son "poseídos" por el espíritu de dos jóvenes saltillenses que vivieron en el "año de mil novecientos, presente lo tengo yo". Rosita muy soberbia, pero Hipólito más. aunque es por todos conocido el desenlace: "Rosita ya está en el cielo, dándole cuenta al Creador, Hipólito en el juzgado, dando su declaración" y el público en su sillón dándoles fuerte ovación.

    Los ingeniosos diálogos revivieron, paradójicamente, en cada carcajada, la triste historia de Rosita: "La casa era colorada y estaba recién pintada, con la sangre de Rosita le dieron otra pasada".

    La fachada de una casa color rojo intenso cede su lugar al sótano del colegio San Juan Nepomuceno y el tiempo al siglo 19. La historia de una de esas bromas que matan cautiva al público, especialmente por la entrega de quienes interpretaron a Chano y Cundo, jóvenes bachilleres de antaño que cayeron cruelmente en una de las bromas de sus compañeros. Víctor Antero Flores y Julián González Rojas, quienes interpretaron a los espantados, dotaron a los personajes de una simpatía ejemplar.

    La mala ortografía de Pancho Villa no fue obstáculo para enamorar con emotivas cartas a las "adelitas" de la revolución, que le entregaban su corazón, y tampoco para amedrentar con la fuerza de su personaje a un público desprevenido que festejó el mal carácter del actor Luis Arturo Gatica, quien magistralmente interpretó a este famoso personaje mexicano.

    La visita del general, en esta ocasión, no era precisamente romántica, al contrario, buscaba robar los bienes de la iglesia de aquel entonces. Lo que Villa no esperaba era que un padrecito (Luis Alberto Piña) con los hábitos bien puestos, no se dejara impresionar por los latigazos y golpes del valiente bigotón. Así fue como Pancho Villa encontró que en estas tierras, cuando las cosas se piden por las buenas y para las buenas causas, no es necesaria la violencia.

    La puesta en escena deja claro que hay que tener cuidado con lo que se promete, porque la historia de "La Sinventura" es una clara muestra de que las promesas no cumplidas en vida, sepueden cobrar después de la muerte.
    La locura puede llegar cuando menos te lo esperas o cuando más la necesitas.
     Eso le pasó a una mujer saltillense de cuya historia fue portavoz Carla García, quien interpretó a la pobre Elvira Angélica. Pero más pobre fue un sastre (Luis Alberto Piña), que según cuenta la leyenda tuvo la mala suerte de encontrarse a Elvira Angélica, después de que ésta hubiera muerto.

    ¿Quién no ha sentido un escalofrío al pasar, incluso durante el día, por el mítico callejón del Diablo? El temor se apodera del público, más porque la mayoría tiene su residencia en el centro de la ciudad y para algunos el Callejón del Diablo es casi un destino obligado. El Diablo, figura mítica interpretada por Luis Arturo Gatica, se transformó en un pordiosero que tentó al coronel Juan de Solís (Víctor Antero Flores) para que con su espada vengara el dolor punzocortante de los celos.

    Al final, ninguno de los asistentes regresa solo a su casa, pues los fantasmas los acompañan silenciosamente para agradecerles que aún recuerden sus desventuras por esta vida, ¿o muerte?, después de todo...  ¿Quién conoce la diferencia?

    Comediante en la escena de expatriados en Berlín, Alemania. Periodista, escritora y maestra en sus tiempos libres. Estudió en la Normal Superior del Estado de Coahuila y ha ganado el Premio Estatal de Periodismo 2006 en la categoría de Entrevista Cultural y el Premio de Ensayo “Manuel Acuña” 2013. Ha colaborado con Vanguardia, Sin Embargo MX y otros periódicos y revistas del país.

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