Azúcar y diabetes, relación tormentosa
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<p>Una de las estrategias fundamentales para contrarrestar el problema consiste en brindar al paciente un tratamiento nutricional adecuado a su condición, que le permita aminorar los efectos de la diabetes y evitar su progresión</p>
La diabetes mellitus es, hoy por hoy, uno de los padecimientos con mayor prevalencia en todo el mundo. Se calcula que 366 millones de personas la sufren y, según estimaciones de la Federación Internacional de la Diabetes, para el 2030 esta cifra se elevará a 552 millones, es decir, el equivalente al 9.9% de la población mundial. Según las últimas evaluaciones, dicho incremento será más agudo en países en vías de desarrollo donde se presentará el 60% de estos casos. En virtud de que, aproximadamente, la mitad de los pacientes no sabe que tiene diabetes, la situación es aún más grave.
Una de las estrategias fundamentales para contrarrestar el problema consiste en brindar al paciente un tratamiento nutricional adecuado a su condición, que le permita aminorar los efectos de la diabetes y evitar su progresión. Dicho tratamiento debe cubrir sus necesidades nutricionales y, al mismo tiempo, controlar los niveles de glucosa y lípidos en la sangre, así como el peso y la presión arterial. Sin embargo, no existe una dieta especial para las personas con diabetes. Los expertos recomiendan mantener una dieta balanceada, como el resto de la población en general. Aunque subsiste la creencia de que las personas que padecen diabetes deben evitar determinados alimentos a toda costa, las últimas investigaciones señalan que basta llevar una dieta balanceada y saludable para mantener este padecimiento a raya.
El caso del azúcar es especialmente ilustrativo en cuanto a su tradicional restricción de la dieta de las personas con diabetes. Durante años se creía que quienes sufrían diabetes debían eliminarla por completo de su alimentación debido a su índice glucémico. No obstante, estudios recientes han concluido que dicho índice es moderado y que incluso puede disminuir al combinar el azúcar con otros alimentos. En su artículo, Azúcar y diabetes: recomendaciones internacionales, científicos del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza, España, aclaran que el consumo de carbohidratos no es dañino en sí mismo, siempre que se controle la cantidad ingerida y se combine con la terapia farmacológica correcta. Por otra parte, explican, cada paciente con diabetes tiene necesidades específicas de calorías según su sexo, edad, peso, niveles de actividad física y preferencias culturales, familiares y personales. Todos estos factores deben tomarse en cuenta al momento de diseñar su programa de alimentación pues, como indican los autores, en la diabetes mellitus, la individualización es la clave.
Uno de los problemas con los que suelen enfrentarse las personas con diabetes es la dificultad de mantener una dieta demasiado limitante. Como escriben los especialistas, cuando un alimento se considera prohibido y se le retira de la dieta, el paciente lo añora y le resulta más difícil seguir con la dieta recomendada en su totalidad. Al permitir el consumo de azúcar, se consigue mayor adherencia a la dieta. Existen otros puntos a favor del consumo de azúcar. En primer lugar, aporta energía de rápida absorción por el sistema nervioso central, lo cual lo convierte en un alimento necesario para el organismo. En segundo, debido a su constante presencia en reuniones sociales, la persona con diabetes puede dejar de sufrir si se le permite consumir azúcar en cantidades apropiadas. Esto es muy claro cuando se trata de niños con diabetes, a los que generalmente se les prohíben los dulces y caramelos. Según los expertos, esta estrategia tiene muy pocas posibilidades de éxito. Es mejor aceptar su consumo moderado u ocasional.
Lo cierto es que ninguna sociedad científica ha encontrado relación entre el consumo de azúcar y el desarrollo de la diabetes tipo II. La última revisión hecha por la Sociedad Alemana de Nutrición considera que no existe asociación alguna entre la ingesta de azúcar y el riesgo de dicha enfermedad. Por su parte, los edulcorantes no calóricos son una buena alternativa para las personas con diabetes pues, de acuerdo a organizaciones como la Asociación Americana de la Diabetes, ayudan a reducir el consumo de carbohidratos.
En cuanto a la cantidad de azúcar permitida, las diferentes asociaciones médicas no establecen una cifra concreta. Por ejemplo, la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes considera apropiados 50 gramos al día. Aunque el azúcar no está prohibido para las personas con diabetes, los autores advierten que su consumo debe sujetarse a ciertas condiciones:
- Considerar su valor calórico para prevenir el aumento de peso.
- Coordinar su ingesta con horario y dosis de insulina.
- No puede existir obesidad.
- Mezclarlo con proteínas, grasas y otros carbohidratos para reducir su índice glucémico.
Gracias a estas investigaciones, el paciente con diabetes puede sentirse más libre y disfrutar de una alimentación mucho más variada. En el caso del azúcar, nada le impide incluirlo en su dieta siempre que ésta sea balanceada y se combine con un plan de actividad física y el tratamiento farmacológico pertinente a su caso individual.
Fuentes:
1. International Diabetes Federation. Diabetes and impaired glucose tolerance: global burden: prevalence and projections, 2010 and 2030.
Link
2. Alejandro Sanz París, et.al., Azúcar y diabetes: recomendaciones internacionales. En: Libro Blanco del Azúcar, Instituto de Estudios del Azúcar y la Remolacha.
http://goo.gl/HgDetN
3. Hauner H., et.al. Evidence-Based Guideline of the German Nutrition Society: Carbohydrate intake and prevention of nutrition-related diseases. Annals of Nutrition and Metabolism 2012. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22286913