Cambio de escuela, un momento clave entre los padres e hijos
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Se trata de un cambio del que los padres muchas veces no son conscientes.
Düsseldorf, Alemania.- Menos presión y más paciencia. Dos elementos clave a la hora de acompañar a los hijos en uno de sus grandes pasos en la vida escolar: el de la primaria a la educación secundaria.
Cuando se acaban los primeros años de formación, cuya duración varía de país a país, los niños se enfrentan a muchas preguntas. ¿Qué me espera? ¿Cómo me las arreglaré en la nueva escuela? ¿Haré nuevos amigos? "Para los hijos es un momento muy significativo en la vida", afirma Stefan Drewes, presidente de la Sección de Psicología Escolar de la Asociación de Psicólogos Alemanes. "Es importante que los padres acompañen a los chicos en este paso".
Sea cual sea el cambio y el sistema escolar, se trata de uno muy grande. "Los edificios de las primarias suelen ser más pequeños y abarcables para los alumnos, mientras que los institutos en cambio suelen ser en general muy grandes y con espacios más amplios", indica Drewes.
Se trata de un cambio del que los padres muchas veces no son conscientes, porque a los adultos les resulta normal que las cosas se transformen. "Pero no se puede olvidar que los niños entran en un horizonte totalmente nuevo de experiencias".
No solamente tienen que explorar el gran edificio hasta ahora desconocido, como las aulas y el patio, sino también conocer a muchas personas nuevas, compañeros y profesores. "A menudo se suman a todo esto viajes largos en autobús, el camino a la parada del tren de ida y vuelta, horarios escolares más extensos y nuevas asignaturas", señala Ulrike Sirsch, del Instituto de Psicología Evolutiva y Diagnóstico Psicológico de la Universidad de Viena.
Sirsch entrevistó a 856 alumnos de primaria sobre las sensaciones que tenían sobre el cambio escolar. En torno a un 40 por ciento de los encuestados dijo estar feliz con los nuevos desafíos, pero casi uno de cada dos mostró sentimientos encontrados: una mezcla de alegría, curiosidad y miedo.
En esta fase es fundamental el papel de los padres. "Es importante hablar con los hijos sobre la nueva escuela", recomienda el terapeuta Herbert Schiffmann.
"A menudo los niños sufren miedos difusos y preocupaciones que si se analizan de cerca se muestran infundados", asegura. Por eso es muy recomendable ir a visitar la nueva escuela antes con el niño, por ejemplo en el Día de Puertas Abiertas. "Así los niños tienen una impresión directa, pueden ver las aulas y quizás conocer a algunos de los nuevos profesores", afirma Drewes. Lo ideal es hacer una visita de este tipo además en el medio de transporte que usará el menor, por ejemplo el autobús.
"Lo más importante es darle al niño ánimos", indica Schiffmann. Y no presionarlo para que rinda por encima de lo que puede. Frases como "ahora tienes que ponerte las pilas" o "si no te esfuerzas, entonces no conseguirás nada", dan miedo y angustia al niño antes de que haya puesto un pie en la escuela.
Una vez que se toma la decisión de a qué escuela mandar al hijo, los padres deben "solo apoyar y dar ánimos al niño", afirma la psicóloga Sirsch, quien subraya que al principio es normal que haya dificultades para acostumbrarse y adaptarse al nuevo entorno.
"Solamente después de un año se puede decir con seguridad si un niño puede hacer frente a las exigencias de la escuela elegida", según Drewes. Este psicólogo escolar recomienda a los padres que incluso con malas notas iniciales no pierdan la confianza en el niño ni se pongan a planear un nuevo cambio de escuela.
"Antes de hacer eso, los padres deberían hablar con los profesores", porque la causa de las malas notas pueden ser problemas psicológicos, por ejemplo si el hijo se siente aislado o no ha hecho amigos.
Y aunque los padres no pueden convertirse en maestros de apoyo, al principio es importante que acompañen al niño. "Hay tantas nuevas asignaturas, tareas, notas y vocabulario, que los alumnos pueden sentirse desbordados", asegura Sirsch, que aconseja a los padres por ejemplo sentarse por la tarde con los hijos para mirar el horario del día siguiente y tomar nota de las fechas de entrega de trabajos importantes o pruebas. "Las escuelas secundarias exigen a los niños estructuras y una responsabilidad a la que no están acostumbrados en la primaria".