Musicaliza la fe de los saltillenses

Detrás de las notas musicales que inundan Catedral, están las manos de un hombre que no posee rostro ante los fieles, pero su voz es sumamente conocida.

Frente al piano Martín Delgado Fuentes ejecuta las piezas musicales más emblemáticas de la religión católica, en el marco del Novenario del Santo Cristo

Hace seis años y luego de salir del Seminario empezó a tocar en el templo de Lourdes, donde duró 20 años. Luego fue invitado a tocar en Catedral, donde dice, el vértigo le asaltó la primera vez que subió. "Te mareas, pero son segundos, sólo cerraba los ojos y los volvía abrir, es impresionante ver tanta gente", dice el hombre que musicaliza la fe los saltillenses.
Sus inicios fueron en la Casa de la Cultura. "Estudié piano con el profesor Lorenzo Hernández, luego a Catedral me invito a tocar el padre Humberto González".

En relación a la música, narra, el ritual eucarístico que se celebra en Catedral es distinto al de las parroquias. "Se aprende a tocar muchas cosas que no se dan en otras parroquias, hay algunas celebraciones de parte del señor obispo que se hacen diferentes en Catedral."

El trabajo inicia a las 04:15 horas, cuando tiene que saltar de la cama y dirigirse al piano, labor que le agrada sobremanera, "me gusta mucho tocar, pero para la quinta misa ya cala un poquito el sueño y pues hay que venir a tomar aire. Termino a las 14:00 horas, que es cuando se acaba la última misa; a veces Luis Angel, uno de mis hijos, me ayuda a tocar en algunas misas en Catedral".

Cantar las mismas canciones diariamente, durante una jornada, suena algo monótono, pero para Delgado Fuentes cada misa es distinta, sobre todo cuando la gente le acompaña con entusiasmo en los cantos. "Cuando los feligreses responden y cantan es revivir y revitalizar. Me gusta que me acompañen en el canto, por lo general lo hacen más las mujeres, son más gritonas, no es cierto, (risas) cantan más".

Agregó que los cantos que más disfruta son "Tu Reino es Vida" y "Estoy Pensando en Dios". En un principio, explica que el Santo Cristo no era de su mayor devoción, pero la de todos le terminó por contagiar. "Antes no era devoto, pero ahora que veo todo el fervor de la gente, te contagian la fe. Antes no estaba muy enterado de todo esto que se veía en Catedral y me sorprende mucho la gente que entra de rodillas y todavía se ve que entran llorando o que se pone a cantar sola, nada más por el placer de cantarle a Nuestro Señor Jesucristo".

Dentro del catolicismo se dice que cantar es orar dos veces, así que Delgado, ante la sentencia, respondió: "Es verdad. A los que nos gusta cantar pensamos eso, no sé qué tan bonito, bien o mal lo hagamos, nosotros tenemos esa necesidad. Dios debe tener sus ángeles que le cantan precioso, pero nosotros lo hacemos con fervor"

Es momento de regresar a las notas musicales, se aleja el pianista de Catedral, quien sabe que su rostro pasa inadvertido, mas no su arte, que conforta a loscorazones.