Con mural pintado en la Landín de Saltillo, hacen conciencia sobre la tortura
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La gente que pasa lo mira.
Se detiene y sin importar lo angosto de la banqueta y de la tarde, hace una pausa en su camino para contemplarlo.
Lo mismo automovilistas que transeúntes en esa hora del día, un día más bien fresco, en que el tráfago de la ciudad arrecia.
Fue la mamá de Daniela Hernández, coordinadora de la organización Documenta, A.C., en Saltillo, Lidia Ruiz Torres, quien donó el espacio, la barda, para el mural.
En el corazón de la colonia Landín, quién no conoce la Landín, sobresale la figura blanca y esbelta de la madre justica que protege a las niñas y a los niños, uno de cada lado, pero también al migrante, a la luchadora social, al buen policía, al funcionario honesto, dice Hugo Estrada, uno de los artífices, artistas, que dieron forma y color a este formado y colorido mural.
“La idea es llevar un mensaje de pa”, comenta Gregorio Escobar, de la organización Impacto Social y Arte Comunitario.
Y que la gente sea el testigo ocular de este mensaje.
En los extremos del mural, que fue el resultado de un taller sobre prevención de la tortura que tomaron, en una de las plazas del barrio Landín, las chicas y chicos inmersos en este proyecto, hay una mujer púrpura encadenada y en la otra orilla un hombre, púrpura, con una bolsa en la cabeza, la tortura en su máxima expresión.
Como los torturados de la masacre de Allende, recuerda Dimitrio Escobar, también de Impacto Social y Arte Comunitario.
Pero ante todo, dice, que este mural quiere significar un no al dolido colectivo de los crímenes de Estado y una invitación a denunciar la tortura.