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Le detectaron cáncer de mama a finales del 2018. Le practicaron una mastectomía radical en enero del 2019. Y en octubre de ese año terminó su tratamiento de cáncer.
La consecuencia más evidente es que perdió todo el cabello en su cuerpo. También le cambiaron de color las uñas.
Además perdió su mama derecha. Para ella significó perder autoestima y seguridad. Por eso Juana María utiliza una prótesis que le ayuda a mejorar su estado de ánimo y su postura. También usa una manga linfática, que le ayuda a tener mejor movilidad.
Debe continuar con tratamiento en pastillas. Las tomará por los siguientes tres años y deberá acudir a observación médica.
Pero no ha llevado un seguimiento estricto. En la clínica 73 del IMSS habrá citas en seis meses. Pero no es nada seguro. Eso le han dicho los doctores.
“Que me dé la vuelta el otro mes. Eso es lo que me dicen, y así me la he llevado”. La voz de Juana es más un reclamo cansado que enérgico. Porque sí, es cierto que en algunos casos esta enfermedad mata, pero las quimioterapias también son duras.
¿Por qué insistir con los médicos, por qué no rendirse en la búsqueda de medicinas? Tiene dos hijos. Tiene un esposo. Por ellos Juani, como le dicen de cariño, enfrenta cualquier tempestad, incluso el cáncer.