Medias tintas
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Pepito tenía apenas dos años de edad cuando su mamá se halló otra vez en estado de buena esperanza, es decir embarazada. Un día Pepito le preguntó: "¿Por qué tienes así la panza, mami?". Responde la señora algo turbada: "Es un aire que traigo en el estómago". Pasaron dos o tres meses, y el pequeño volvió a preguntar: "¿Por qué te ha crecido más la panza, mami?".
Volvió ella a contestar: "Es ese aire que traigo en el estómago". Se llegaron los nueve meses de rigor, y nació el bebé. Lo vio Pepito por primera vez, y con su hablar de niño de dos años lo saludó lleno de ternura: "¡Hola, peíto!"... El amigo de Babalucas trataba de venderle un catalejo.
Para eso lo llevó a buena distancia de su casa, y llevándose a los ojos el anteojo de larga vista empezó a decirle lo que veía. "Tu mujer está en la recámara. Ahora abre la ventana". Comenta Babalucas: "Tendrá calor". Prosigue el amigo: "Ahora tu esposa se está desvistiendo". "Tendrá calor" -vuelve a decir de nuevo Babalucas.
Continúa el amigo: "Ahora tu vecino entra en la recámara por la ventana, y se está bajando los pantalones". "¡Ah no! -se indigna en ese punto Babalucas-. ¡Para eso hay baños!"... Todo indica que las autoridades sanitarias se patrasearon, o sea que dieron marcha atrás en lo relativo a la prohibición de vender alimentos chatarra en las escuelas. Las empresas fabricantes de esos productos, tanto nacionales como extranjeras, son muy poderosas, y dedican grandes recursos a eso que se llama "cabildeo". Sucede que las tiendas escolares figuran entre los mejores medios de distribución de esos alimentos que no alimentan, pero que tanto gustan a los niños y que tantas molestias evitan a las madres que no se preocupan demasiado por la alimentación de sus pequeños. No es lo mismo mandarlos a la escuela con un refrigerio bien preparado, y nutritivo, que darles dinero para que ellos se compren lo que quieran. Ahora se dice que se permitirá la venta de algunos de esos alimentos chatarra, pero sólo en paquetes que contengan una cierta cantidad. Lo único que tendrán que hacer ahora los escolares será comprar dos paquetes en vez de uno. La tal disposición es como cortarle media cola al perro. En esto la autoridad no se puede andar con medias tintas. La salud de los niños está por encima de los intereses comerciales y de las influencias políticas... La Gioconda empezó a desvestirse alegremente. "Oh, no, signora -se apresura Leonardo a detenerla-.
Lo único que voy a pintar es la cara"... Morosio era incumplido en cosas de dinero. En otras cumplía hasta de sobra: tenía nueve hijos. Pero en cuestión de deudas era inflexible: jamás pagaba lo que debía. Le preguntaba algún acreedor: "¿Ya se te olvidó que me debes?". Y respondía él: "No se me ha olvidado, pero dame unos días más". Preguntaba, esperanzado,
el otro: "¿Para que me pagues?". "No -respondía Morosio-. Para que se me olvide".... En vísperas de la boda el novio, preocupado, le dice a su dulcinea: "Tengo muy poco dinero. Apenas me alcanza para comprar la cama y la estufa".
Responde ella, extrañada: "¿Y para qué queremos estufa?"... Aquella joven esposa le informó a su mamá que se iba a divorciar: "¿Cómo que te vas a divorciar? -exclama escandalizada la señora-. ¡Ni siquiera tienes un sustituto todavía!"... El marido echó una moneda en el Pozo de los Deseos. En ese preciso instante su esposa tropezó y cayó al fondo de la profunda oquedad. "¡Caramba! -exclama boquiabierto el individuo-. ¡Funciona!"... La pequeña Rosilita le dijo a Pepito: "¿Quieres ser mi novio?". Pepito no respondió, pero entró en su casa y salió luego llevando un brassiére de generosos proporciones. Le dice a la asombrada Rosilita: "Si quieres ser mi novia, primero tienes que llenar esta solicitud"... FIN.