Con la marca en la piel
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Saltillo, Coah.- Desde pequeño quería ser popular; encontró la fórmula cuando empezó en el rollo del tatuaje.
Oriundo de Mérida, Yucatán, Rufi hace una remembranza y evoca los tiempos cuando cursaba la primaria a la edad de ocho años.
"Yo veía a un compañero que tenía mucha fama y era seguido por los demás, y es que era tatuador y era eso precisamente lo que lo hacía popular", narra.
Motivado por ese ánimo de sobresalir entre el grupo, se animó a preguntarle a su amigo el "secreto", y éste le dijo que si dibujaba bien ya tenía un paso muy adelantado para entrar en la onda de los tatuajes.
Ahora, a sus 26 años, Rufi es un experto tatuador. Las cosas no han sido fáciles, porque para aprender más tuvo que salir de su tierra, llegó a la Ciudad de México, que es donde se concentran los mejores tatuadores.
"En México hay muchos lugares donde puede uno aprender más, como Coyoacán, Insurgentes Sur o la Zona Rosa, porque además hay muchos extranjeros que vienen con ideas muy buenas e innovadoras", dice.
Sin embargo, Guadalajara y Monterrey, Veracruz y otras más, aunque no tan grandes como el DF tienen su prestigio por contar con gente que hace trabajos excelentes.
La familia
El día que Rufi le dijo a su familia que seguiría esta "profesión", no lo vieron con buenos ojos, en especial su madre, pero con el tiempo lo ha ido entendiendo y ahora lo apoya.
Y es que este "arte" no es muy comprendido y aceptado por la sociedad, incluso hay quienes todavía lo ven como una práctica insalubre, ya que hasta se asegura podría también ser una causa para contagiarse de sida, claro, de no utilizarse un agujas desinfectadas o nuevas.
Hay que estar seguros
Antes de hacerse un tatuaje se debe estar seguro y decidido, esto por los perjuicios de la gente que luego puede molestar a quien decide dar ese paso, aconsejó.
"Lo que también sugiero es verificar la reputación del establecimiento, que todo esté limpio, que lo que se usa en ocasiones sea nuevo o esté esterilizado.
"Además debe poner atenciones en los dibujos que desean, porque si los ven en una fotografía con colores como en un celular, puede ser muy engañoso y el tatuador los estará mintiendo, porque
jamás quedará igual. Otra cosa es estar seguro del tipo de tatuaje, ya que luego será difícil, doloroso y caro dar marcha atrás".
La especialidad de Rufi es en tercera dimensión, que es de las más complicadas, pero este chico yucateco la domina a la perfección.
Platicó que hay días en que se cansa mucho porque depende de donde la gente prefiera hacerse el dibujo, pues en la espalda es una de las partes más complicadas, aunque parezca la más fácil.
De los tatuajes más complicados hacer son los retratos de personas, ya que deben parecerse mucho a la foto que le lleven,
"Alguinos quieren que les tatúe a sus hijos, la novia y hasta a su mamá, pero ahí sí es más caro porque el trabajo debe ser impecable", señaló.
Uno pude preguntarse si es rentable esta profesión, y la respuesta de Rufi es que sí. "Sí se puede vivir de tatuar cuerpos, y bien, porque los precios van desde los 300 hasta algunos miles de pesos, según el dibujo que se hagan y la parte del cuerpo".
Se le preguntó sobre el lugar al que puede acudir una persona que esté interesada en aprender a ser tatuador profesional, y explicó que primero hay que viajar para ver lo que se hace en otras ciudades; que sepan dibujar bien, y ya cuando encuentren un lugar donde puedan empezar a hacer su carrera, tienen que practicar con amigos que sepan que apenas empiezan a dar sus primeros pasos en este mundo fascinante de los tatuajes y los piercings.