La historia de irregularidad no deja de repetirse para los Steelers
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Mike Tomlin sigue buscando jugadores que aporten soluciones. Buddy Johnson, Marcus Allen, John Leglue, Rashad Coward, Ray-Ray McCloud.
Ninguno de ellos pudo haber adivinado que estaría en los planes, no de un modo significativo. En realidad, de ningún modo.
Pero los cinco estaban en el terreno con el uniforme de los Steelers el jueves por la noche, una derrota por 36-28 ante Minnesota.
El entrenador Tomlin no buscaba tanto una chispa que encendiera el desempeño del equipo. Más bien estaba tomando medidas urgentes. Y de nuevo, no bastó.
Los siete frontales defensivos fueron contenidos otra vez. También de nuevo, la línea ofensiva fue desplazada demasiadas ocasiones.
Como resultado, los Steelers dieron otro paso atrás en una campaña increíblemente irregular, en la que de pronto han parecido competitivos para luego evidenciar problemas alarmantes.
Pittsburgh (6-6-1) ha conseguido una sola victoria en sus últimos cinco partidos. Los cuatro encuentros que no ha ganado (incluido un empate con Detroit) han tenido un patrón semejante.
El quarterback rival se da la vuelta y cede el balón a un corredor que penetra los huecos en la defensiva. El ataque de los Steelers languidece durante largos periodos antes de dar algunas señales de vida, típicamente cuando es demasiado tarde.
“Es como el Día de la Marmota”, dijo el defensive end Cam Heyward, en referencia a una película cuya protagonista estaba condenado a que le ocurriera lo mismo cada día. “Es inaceptable”. Pero es la realidad.
Las lesiones y la ineficacia han abrumado a los cuatro integrantes de la línea y a los tres linebackers. La línea ofensiva es totalmente nueva, con novatos o jugadores que formaban parte del equipo de suplentes pero debieron entrar en acción, como Leglue y Coward.
Esa línea ha sido una comedia de errores durante los tres meses transcurridos desde que comenzó la temporada.
En teoría, los Steelers siguen vivos en una Conferencia Americana en que prácticamente todos los equipos con algo de pulso parecen tener oportunidades. Pero cualquier margen de error se ha esfumado, y parece difícil que el equipo pueda encontrar consistencia ante buenos rivales, algo que no ha conseguido en 13 compromisos.
“Nos estamos quedando sin tiempo”, dijo el quarterback Ben Roethlisberger.