Limpiador de albercas, presente en la cancha, en el Mundial de Clubes

Este martes se escribió una página inesperada en la historia del Mundial de Clubes 2025. En el estadio Geodis Park de Nashville, el Auckland City, un club semiprofesional de Nueva Zelanda, logró empatar 1-1 ante Boca Juniors, resultado que dejó sin posibilidades al equipo argentino de avanzar a la siguiente fase.

Pero fuera del resultado, lo que sigue llamando la atención es la historia del Auckland, un equipo conformado por elementos que son de todo, menos futbolistas al 100 por ciento, luego de conocer que el autor del gol es un maestro de escuela, ahora sale a la luz también un limpiador de albercas.

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LO MEJOR: EL DINERITO

El empate logrado no sólo significó una alegría deportiva, sino también un premio económico inesperado. Por sumar un punto en la fase de grupos, la FIFA otorgará un millón de dólares al club neozelandés.

Sebastián Ciganda, portero suplente del equipo, compartió detalles sobre la realidad que vive el plantel: “El premio lo vamos a repartir entre todo el staff y plantel. Yo soy limpiador de albercas y jacuzzis”, contó en entrevista con DSports Radio.

Ciganda también reveló que tuvo que tomar vacaciones sin goce de sueldo para poder estar en Estados Unidos con el equipo. “No cobré por estos días que estuvimos en Estados Unidos. Si no me daban permiso, renunciaba”, confesó con sinceridad.

La participación del Auckland City, pese a las goleadas iniciales, termina dejando una huella imborrable. No sólo demostraron que el futbol aún guarda espacio para las sorpresas, sino que dignificaron el esfuerzo de cientos de futbolistas semiprofesionales que sueñan con competir al más alto nivel.

EL PARTIDO QUE LOS INMORTALIZA

Hablando del encuentro, lo que parecía una jornada de trámite para los xeneizes terminó convirtiéndose en una decepción monumental. Christian Gray, profesor de educación física y jugador del Auckland, fue el encargado de marcar el gol del empate, un tanto que no solo eliminó a Boca Juniors, sino que además le otorgó al conjunto neozelandés su primer y único punto en la fase de grupos.

Este resultado tomó aún más relevancia si se considera el complicado camino que vivió Auckland City en el torneo. En sus dos primeros encuentros, el equipo oceánico fue brutalmente goleado: 10-0 ante el Bayern Múnich y 6-0 frente al Benfica.

Los pronósticos para el último partido no eran alentadores, pero el equipo supo recomponerse emocionalmente y plantó cara con dignidad ante uno de los clubes más grandes del continente americano.