En duda, futuro de Bonds en el béisbol
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<strong>San Francisco, EU</strong>.- Podría darse el caso, durante la próxima temporada, que Barry Bonds apareciera por la mañana en los tribunales y por la noche en el parque de pelota.<br>
Ello, si es que no concluye antes la carrera del mejor jonronero en la historia de las Grandes Ligas.
Bonds no tenía una lista larga de clubes interesados por sus servicios el jueves. Ahora, la mejor opción del toletero para el 2008 sería mudarse al otro lado de la Bahía de San Francisco, para jugar con los Atléticos de Oakland --si es que todavía lo quieren--.
Los Atléticos tenían interés en Bonds, de 43 años, antes de que fuera acusado de cuatro cargos de perjurio y uno de obstrucción de la justicia, tras una investigación de cuatro años sobre el consumo de esteroides.
Pero ahora, cualquier club que contemple la posibilidad de contratar al agente libre --con todo lo que ello implica-- deberá pensarlo más seriamente.
¿Qué pasaría si pasa buena parte del año próximo atendiendo sus asuntos en las cortes? ¿Y si es condenado a prisión? ``No sé qué le depare el futuro'', dijo el viernes el gerente general de los Cerveceros de Milwaukee, Doug Melvin. ``Todos los clubes tendrán que analizar esto, pero nosotros no estamos interesados''.
Seguramente, las franquicias desearán saber primero cuándo comenzará el juicio de Bonds y cuánto podría durar. Existe la posibilidad de que llegue a un arreglo para declararse culpable, pero ello parece difícil, dado que el toletero ha negado públicamente en varias ocasiones que haya consumido drogas para mejorar su desempeño.
Bonds podría ser más asequible, tras ganar 19,3 millones de dólares en el 2007. Incluso podría llegar a un club de bajo presupuesto, como los Atléticos.
Oakland busca a un bateador peligroso, que atraiga espectadores a la tribuna. Bonds fue líder de las Grandes Libas, la campaña anterior, con un promedio de .480 con hombres en las almohadillas, por San Francisco. Bateó además 28 jonrones.
Los Atléticos parecen un escenario viable. Bonds jugaría finalmente en la Liga Americana como bateador designado y no abandonaría a sus seguidores en el área de la bahía.
Pero las opciones de Bonds serían pocas. Incluso, podría no jugar otra vez, dejando su marca en 762 vuelacercas de por vida.