Para dedicarse al rap hay que tener un poco de locura. Lo dice y lo vive Luis Miguel García, artista con 10 años de trayectoria en el género.
Conocido y bautizado por el gremio como “Micky Ricón”, el coahuilense nacido en Piedras Negras es egresado de la Licenciatura en Comercio Internacional, por la Universidad del Valle de México, Campus Saltillo.
Pero a lo que realmente se dedica, además de estar involucrado en el área de Bienes Raíces, es a dar conciertos en México y Estados Unidos.
Entre sus colaboraciones más importantes se encuentra Dani Flow y este año proyecta sorpresas con Bellakath, ambos expositores del reguetón y el género urbano que han alcanzado proyección internacional.
Además de ser un apasionado del escenario, un amante de la creatividad y un crack de la improvisación, Micky es un ferviente promotor de talentos. Le gusta “ponerle cancha” a los que quieren hacer freestyle, visibilizarse y ganarse un lugar. Sobre todo si se trata de impulsar a las y los de Coahuila.
Micky, quien actualmente trabaja con Panda Music Group, platicó con A La Vanguardia para conectarnos con su historia, para contarnos cómo esforzarse y tocar puertas sí se convierte en recompensas y para hablar de cómo conecta con la audiencia hispana en Estados Unidos.
También nos confesó que los nervios siempre son acompañantes y que la creatividad exige tiempo completo. Con ustedes, Micky Ricón, en su edición 2025.
¿Cómo inició tu carrera musical?
En mi familia nadie se dedicó profesionalmente a la música. Había quien tocaba el piano, tíos que cantaban poquito. Creo fue por programas en MTV, veía el top 10 de las canciones de la semana.
¿Cómo surgió el apodo “Micky Ricón”?
En el rap no estamos acostumbrados a estudios caros. A veces son estudios caseros, muy urbano el asunto. Yo me juntaba con amigos que vivían la vida callejera 100%. Cuando llegaba en carro, decían: “Ya llegó Ricky Ricón”. De Miguel pasé a Micky. Era carrilla, hasta que me gustó
¿Cómo defines tu estilo artístico?
Loco, pero en el buen sentido. Para dar un mensaje, busco las palabras adecuadas. Suena muy básico decir que soy muy creativo, pero más allá, estoy un poquito loco. Creo que para esta carrera, si no estás loco, no funciona.
Lo más complicado es administrar tu vida. Tener disciplina y una buena vida se transmite en las canciones y el show en vivo.
¿Qué tan difícil fue abrirte espacio en la música?
Hay que tocar muchas puertas, especialmente en mi género, que te estereotipan. Que si cholo, drogas. Para un evento en el que buscan músicos, lo menos que buscan son a los raperos. Gracias a plataformas como YouTube, Spotify, el género es considerado, pero ha sido muy difícil.
Te has presentado en México y Estados Unidos, ¿cómo mezclas las audiencias?
Piedras Negras es frontera con Eagle Pass y he convivido con personas norteamericanas y mexicanas toda mi vida. Y hay mucha apertura de Estados Unidos al mercado latino. Cuando empecé a ir a eventos en San Antonio, Austin y Dallas, en Texas, vi no solo mexicanos, sino argentinos, salvadoreños, hondureños. Yo hacía contenido pensando en los mexicanos, pero me abrí al habla hispana.
He trabajado con muchos artistas, lo más reciente e importante fue con Dani Flow. Acababa de hacer su primera gira en Estados Unidos y me pusieron muchas fechas con él. Es muy amigo mío desde hace muchos años, incluso antes de que él diera el despegue.
¿Qué otras colaboraciones has tenido?
Tengo una muy importante. Hice una balada con rap, con Magaby, exmiembro de Pequeños Gigantes. Ella es de Monclova/Frontera. Ella tenía el foco en ese entonces, yo todavía no tanto. Confió bastante en mí cuando yo empezaba y la canción llegó a YouTube (“El Último Beso”), tiene casi cuatro millones (de reproducciones). Otras colaboraciones han sido con W Corona, Richard Ahumada, Liriko Wan, Chikis RA y David Rmz.
Lo bonito del rap es que muchas cosas se improvisan
¿Cuál ha sido una de tus mejores experiencias en una gira?
Una que no olvido es de lo más lejos de Piedras Negras, en Denver, Colorado. Es completamente ajeno a lo que acostumbraba. Nos invitaron a Nueva York, pero no fui. He estado en ciudades como Chicago, Miami, que están lejos de mi zona. Haberlo hecho se siente como un logro, una palomita más para mi currículum.
¿Cómo manejas subirte y dominar el escenario?
Me considero muy seguro de mí mismo. Tengo algo de experiencia, pero en el camino aprendo nuevas cosas, en el escenario, abajo del escenario, en las entrevistas.
En el escenario siempre digo que no tengo nervios, pero antes de subir empieza el cosquilleo. Aunque no lo demuestre, por dentro estoy nervioso y siempre pensando, ¿qué puede salir mal? ¿Qué puedo corregir? O si en algún evento o algún concierto yo vi que esto no me funcionó como pensé, mejor el próximo ya no lo hago. Pero todos los conciertos y lugares son diferentes.
Lo bonito del rap es que muchas cosas se improvisan. Siempre voy preparado, pero pasan cosas que digo, ¿cómo terminaron tantas personas en el escenario? ¿Cómo es que no tengo el micrófono?
Es todo un arte agarrar micrófono y echarte a ‘golpes’ en palabras, no cualquiera
Tienes experiencia como MC en batallas de rap, ¿sigues haciéndolo?
Es todo un arte agarrar micrófono y echarte a “golpes” en palabras, no cualquiera. Muchas cosas en el rap son improvisadas, pero cuando es 100% improvisado sube el grado de dificultad. Competí en 2022 y 2023. Tuve muchas participaciones con Red Bull.
Actualmente en lo que más me involucro es en la organización de batallas. Conozco muchos amigos a los que les encanta el freestyle, entonces trato de ponerles una cancha, un área para que lo puedan hacer. Me involucro con instituciones o empresas a las que les interesa esta competencia.
Espero este año volver a inscribirme. Pero ahorita ando muy enfocado en los conciertos.
Además de competir y organizar freestyle, has sido juez, ¿cómo ocurrió?
Cuando me involucré como juez ya hacía rap. Me invitaron queriendo otro punto de vista, desde lo musical. Ahora como soy organizador, está complicado ser organizador y juez.
Ser juez de freestyle es muy complicado. Está muy padre, requiere una atención tremenda, porque así como los raperos van sacando palabras, el juez analiza y suma puntos o busca esas chispas de la batalla para poder decidir un ganador.
Es lo bonito de las batallas de rap, que hay muchas cosas que se pueden hacer. El freestyle ha crecido en el mundo y en ciudades como Saltillo, porque he escuchado también que hay mucho talento.
¿Cómo manejas el desafío de equilibrar tu vida personal y profesional?
Lo más complicado es administrar tu vida. Algo que me ha funcionado es anotar una lista de prioridades de cosas que tengo que hacer y apegarme a eso.
Tener disciplina y una buena vida se transmite en las canciones y el show en vivo. Siempre doy prioridad a mi vida personal para que me vaya muy bien en mi música.
El freestyle ha crecido en el mundo y en ciudades como Saltillo, porque he escuchado también que hay mucho talento
¿Qué mensaje le darías a los jóvenes coahuilenses que quieren incursionar en el rap?
Hablando con famosos, me decían, “soy de Guadalajara. Yo de Monterrey. Yo de Ciudad de México.” Yo decía: “soy de Piedras Negras.” Y me preguntaban “¿En dónde está?”.
Quiero que la gente entienda que no importa si vienes de un pueblo pequeño, se pueden lograr cosas muy grandes. Lo que importa es qué tan grandes son tus ganas. Por ejemplo, no conozco a otra persona más disciplinada que Dani Flow. Otros llegarían a pensar que es muy desordenado y al contrario, es demasiado profesional.
¿Algunas palabras finales?
Entiendo lo importante que es un medio como VANGUARDIA, y me encantaría que no sea el último rapero entrevistado. Ojalá más medios como ustedes sigan volteando para acá. Que vean que hay mucho talento.