Ex militares encabezan lista de suicidios en Reino Unido
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Investigadores plantean tres razones: la dificultad de adaptarse a la vida civil, el trauma de las experiencias vividas en combate o una disposición al suicidio previa a la entrada al ejército
Militares que permanecieron alrededor de cuatro años, con edades que no superan los 24 años, con rango bajo en las Fuerzas Armadas Británicas y que acudieron poco a especialistas de salud mental, es el perfil de los hombres que más se suicidan en Reino Unido.
Incluso, tienen un índice hasta tres veces más alto que el de la población general.
De acuerdo con elmundo.es, investigadores de la Universidad de Manchester compararon a 233 mil 803 individuos que abandonaron las Fuerzas Armadas Británicas entre 1996 y 2005 con otros tantos que no habían servido en el ejército, y descubrieron que en ese tiempo 224 es militares se suicidaron.
La edad media de quienes se quitaron la vida era 22 años, y los métodos de suicidio más utilizados fueron el ahorcamiento, la estrangulación y el envenenamiento.
El riesgo de suicido era especialmente alto entre los soldados más jóvenes y en los dos primeros años tras dejar las Fuerzas Armadas.
Por el contrario, el grupo de ex militares entre 30 y 49 años presentaba una tasa de suicidio similar a la de la población general e, incluso, algo inferior.
Para los investigadores existen tres posibles causas que influyen en este mayor índice de suicidio entre este grupo de población.
La principal es la imposibilidad de adaptarse a la vida civil tras dejar su servicio. La segunda explicación se relaciona con las experiencias vividas durante el tiempo que estuvieron de servicio.
"Aquellos que más se suicidan podrían ser los que han visto y vivido las situaciones más duras en los conflictos", explican los investigadores.
Y, la última hipótesis señala la posibilidad de que "los individuos que se suicidaron tras dejar las Fuerzas Armadas ya tuvieran una mayor tendencia suicida antes de ingresar en las mismas".
Lo único que sí han podido comprobar en este nuevo trabajo es que aquellos que se quitaron la vida habían acudido menos a los servicios de salud mental durante el año anterior.
Tan sólo 21% visitó a algún especialista, frente a 28% que lo hizo en la población general.
"Cualquiera que sea la causa del suicidio, parece evidente que estas personas deberían beneficiarse de algún tipo de intervención que les ayude a adaptarse a sus nuevas vidas", concluyen.