Exposición en Italia revela los misterios de Gauguin
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<strong>Roma, Italia</strong>.- Los misterios del artista francés Paul Gauguin se revelan en la retrospectiva de su obra "Paul Gauguin artista de mito y sueño" que puede visitarse desde hoy hasta el 2 de febrero en Roma.
En la exposición se recogen 150 obras entre las que "se puede descubrir la otra cara de Gauguin" en sus cartas, escritos, esculturas, xilografías, acuarelas y bocetos, además de las pinturas por las que es más conocido, explicó en una rueda de prensa uno de los comisarios de la exposición Richard Brettell.
Gauguin (1848-1903) "fue el primer artista global de la historia, y quizás sea el único que ha logrado entender el mundo gracias a sus múltiples viajes", señaló Brettell.
Una idea de la universalidad del artista es que las obras que componen la muestra proceden de más de cincuenta museos del mundo, entre ellos el Thyssen-Bornemisza de Madrid, el Ermitage de San Petersburgo, el Museo de Arte de San Paolo en Brasil y el Museo Getty de Los Angeles (EEUU).
Brettell señaló que el mensaje que quería dejarnos el artista es "el del misterio de la vida, ya que en cada una de sus obras hay cierta incertidumbre que invita a la reflexión".
El estudioso también señaló que el artista no era un genio aislado, sino que se relacionaba con otros artistas en la escuela de Pont-Aven, en la que participaron, entre otros, Emile Bernard y Paul Sarusier, de los que también se pueden apreciar algunas obras.
Otro de los comisarios de la exposición, el historiador del arte estadounidense Stephen Eisenman, recordó los viajes del artista a Sudamérica, Gran Bretaña, la Polinesia y Haití, donde realizó las obras cumbre de su carrera.
Eisenman señaló que en la obra de Gauguin hay una relación entre lo primitivo y lo moderno y que en sus obras "ofrece como alternativa a la modernidad los sueños y mitos".
La muestra propone un recorrido cronológico de las obras del artista, desde su período impresionista (1874-1886) del que destacan bocetos, bodegones y paisajes de Copenhague.
En el período que va de 1886 a 1891, en que el artista viajó a Gran Bretaña, París y Martinica, comienzan a percibirse los intensos colores que lo caracterizan en escenas de la vida cotidiana como la comida de los cerdos y en un curioso abanico con escenas de mujeres bañándose en la naturaleza.
Además también se aprecian esculturas en madera de pequeño tamaño y jarrones elaborados con minuciosos detalles en cerámica.
De su primer período en Haití (1891-1895) destacan obras como "Les Parau Parau" (la conversación, 1892), donde se aprecia el encanto de los encuentros de los indígenas, y el juego de colores de "La vida y muerte" (1889).
Numerosas xilografías que evocan paisajes y a los habitantes de Haití también pertenecen a esta época, tras la que regresó por un breve período a Francia.
De su último período vivido en Haití y en las Islas Marquesas, donde murió, destacan "El pobre pescador" (1896), "Los girasoles" (1901), en donde el artista representa del mismo tamaño a un ramo de girasoles y a un haitiano y "Te Avae No Maria" (el mes de María, 1899).
Entre sus esculturas en bronce destacan "La parisina" (1880), "Cabeza con cuernos"(1895-1897) y "Máscara de Tehamana" (1959).