Ganan terreno Hillary Clinton y John McCain
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Washington.- Luego de una jornada electoral con una gran votación, John McCain, por los republicanos, y Hillary Clinton, por los demócratas, aventajaban en la carrera por la candidatura presidencial.
Al cierre de esta edición, aún no se terminaba con el conteo de votos.
Aunque Clinton y Barack Obama se repartieron victorias en una campaña demócrata arduamente disputada de este a oeste, Hillary ganó el premio mayor de la jornada: California, gracias al apoyo de los votantes hispanos.
Delegados
Los republicanos tenían en juego mil 23 delegados de 21 estados.
McCain había ganado 412 para un total de 522 delegados; Mitt Romney 130 para un total de 223; y Mike Huckabee 99 para un total de 142.
Se necesitan mil 191 delegados para ganar la candidatura en la convención.
Los demócratas se repartían mil 681 delegados en 22 estados y el territorio de Samoa Americana. Con resultados incompletos, Clinton tenía 395, para un total de 656; y Obama 357, para un total de 558.
Se necesitan 2 mil 25 delegados para ganar la candidatura demócrata.
McCain también ganó en California y propinó un golpe demoledor a su más cercano perseguidor, Romney.
"Hemos ganado algunos de los estados más grandes del país", dijo McCain a los simpatizantes que lo ovacionaban durante una concentración en Phoenix, después de cosechar triunfos en todas las regiones de la nación. McCain, quien no fue considerado el favorito durante meses, señaló que ahora lo es.
Hillary, optimista
Clinton dijo que "espero con ansias proseguir nuestra campaña y debate sobre cómo dejar al país en mejor situación para la próxima generación".
McCain ganó en Nueva York, Nueva Jersey, Connecticut y Delaware, llevándose los 198 delegados de estos cuatro estados, y sumó a Illinois, Arizona, Missouri y Oklahoma en su columna.
Huckabee ganó las primarias republicanas en estados donde la religión tiene gran peso, en Alabama, Tennessee y Georgia, además de Arkansas, donde fue gobernador. "La única manera de no ganar una campaña es abandonarla, y hasta que alguien me gane, saldré con la campana a cada asalto de esta pelea", dijo.
Romney, ex gobernador de Massachusetts, ganó en su estado, en Colorado y también en Utah, con el apoyo de los mormones, la fe que profesa. También se mostró desafiante: "Llegaremos hasta la convención. Ganaremos".
Clinton, que aspira a ser la primera presidenta mujer, ganó en California, Nueva York, al que representa en el Senado, Massachusetts, Nueva Jersey, Oklahoma, Tennessee y Arkansas, del cual fue primera dama durante más de una década. También ganó en el territorio de Samoa.
Obama, que espera ser el primer presidente negro, ganó en Georgia, Delaware, Alabama e Illinois, estado por el cual es senador. También ganó en las asambleas partidarias de Dakota del Norte, Minnesota, Colorado, Idaho y Kansas.
En Missouri, la competencia era demasiado reñida como para señalar a un ganador.
The Associated Press basó sus proyecciones en encuestas de boca de urna.
Impredecibles
Después de una serie de primarias en estados individuales, que otorgabanpocos delegados, el "súper martes" fue todo lo contrario: un conjunto de elecciones y asambleas que abarcaban casi medio país, en la campaña presidencial menos previsible que se recuerde.
Las encuestas sugirieron algunos cambios sutiles en el panorama político.
Votos por sectores
McCain tenía una ventaja ligera entre los votantes que se identifican como republicanos, un grupo que no lo había apoyado en ninguna de las contiendas anteriores. Como había ocurrido antes, McCain se mostraba fuerte entre los independientes.
Romney estaba recibiendo los votos de cuatro de cada 10 personas que se identificaban como conservadoras. McCain ganaba un tercio del apoyo en ese grupo, y Mike Huckabee recibía uno de cada cinco de esos votos.
Clinton tenía sólo una ventaja magra entre las mujeres y los votantes blancos, dos grupos que la han apoyado en las primarias anteriores, de acuerdo con encuestas a boca de urna en 16 estados.
Obama estaba ganando una mayoría arrolladora del voto de los negros y Clinton recibía el apoyo de casi 6 de cada 10 hispanos.