Glamour, resplandor y mucho peligro en Mónaco
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<strong>Montecarlo, Mónaco</strong>.- Ferrari quiere aprovechar al fin sus mejores bazas en el paraíso del azar y el glamour, Mónaco, donde no sólo McLaren-Mercedes y BMW-Sauber se presentan como sus principales rivales, sino también una lluvia que amenaza con convertir el Gran Premio urbano en un peligroso juego.
"Podría ser un desastre, pero estoy ansioso por el reto", dijo hoy el piloto británico Lewis Hamilton, de McLaren-Mercedes, en Montecarlo. Menos expansivo fue el frío finlandés de Ferrari Kimi Raikkonen, actual campeón del mundo y líder del Mundial: "Podría haber más incidentes, especialmente si al final corremos sobre mojado".
El resplandoroso fin de semana en el Principado no sólo podría verse perturbado por la lluvia, ya que la visita del controvertido presidente de la FIA, Max Mosley, promete también movimiento.
Ya antes de su aparición, por primera vez en un Gran Premio desde que estallara a finales de marzo el escándalo sexual en el que se vio envuelto, el jefe de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, advirtió con duras palabras sobre una lucha de poder en la competición.
En una entrevista al periódico inglés "The Times", Ecclestone señaló que esperaba que los comentarios sobre su persona vertidos por Mosley en una carta enviada a los presidentes de todos los miembros de la FIA no fuesen el anticipo de lo que está por venir.
"Sinceramente espero que no sea una declaración de guerra porque, si eso es lo que el mensaje representa, tendremos que defendernos nosotros mismos", dijo el patrón de la máxima categoría del automovilismo.
La batalla sobre el estrecho circuito monegasco puede convertirse, sencillamente, en un desesperado intento por controlar los bólidos.
Con lluvia y sin control de tracción, los apenas dos kilómetros cuadrados del Principado pueden convertirse en una pista de autos de feria.
Las previsiones hablan de entre un 60 y un 90 por ciento de probabilidad de lluvia. "No deseo que haya accidentes, pero tenemos que contar con muchas fases de 'safety car' a causa de los choques", advirtió el jefe de motores de Mercedes, Norbert Haug.
En cualquier caso, Hamilton y McLaren necesitan volver a lo más alto del podio tras su victoria en la primera carrera, en Australia, y frenar la imponente serie de cuatro victorias seguidas de Ferrari.
El británico fue segundo el año pasado tras su entonces compañero de equipo, el español Fernando Alonso, que en 2006 ganó también a bordo de un bólido de su actual equipo, Renault.
El equipo francés está lejos aún de los primeros, pero las últimas evoluciones y, sobre todo, el piso mojado, superficie sobre la que Alonso se mueve con maestría, elevan las expectativas del español de cara a Mónaco.
El peligro es lo de menos para Raikkonen, ganador en 2005 a bordo de una "flecha de plata". "No hay mejor sensación que pilotar en Mónaco. Mónaco es la carrera, la leyenda. Volver a ganar sería algo muy especial", dijo el finlandés, que a causa de las pocas opciones de adelantar aspira a la "pole" más que nunca.
En la clasificación de piloto, el "ferrarista" es primero con 35 puntos, siete puntos por delante de su compañero de equipo, el brasileño Felipe Massa, y de Hamilton.
Los pilotos "rojos" contarán en Mónaco con los consejos del alemán Michael Schumacher, que vivirá el duelo con las "flechas de plata" en primera línea. Al fin y al cabo, el siete veces campeón mundial ganó cinco veces en Montecarlo, la última en 2001, la última en la que un piloto de Ferrari subió a lo más alto del podio.
En el duelo entre rojos y plateados quieren colarse los blanquiazules de BMW-Sauber. En 2005, el alemán Nick Heidfeld fue ya segundo en Mónaco, aunque hoy por hoy su compañero, el polaco Robert Kubica, parece el más rápido del equipo.
El polaco está, con 24 puntos, cuatro por delante de Heidfeld en el campeonato, en el cuarto lugar. Además, le ha superado en las cinco clasificaciones disputadas hasta ahora. "La Fórmula 1 es mi vida. No es una situación de la que disfrute", admitió el alemán.
El F1.08 de BMW es un bólido que ha mostrado buenas prestaciones en curvas lentas, de las que está lleno el circuito monegasco.