Grandes medios dejaron de actuar como contrapoder: Lara Klahr
COMPARTIR
TEMAS
El periodista cree que los medios industriales o grandes grupos de comunicación actuales siguen siendo "actores ineludibles" e influyentes en la esfera pública, pero al mismo tiempo han entrado "en un proceso de agonía, cediendo su espacio a los medios autogestivos", más pequeños y participativos, como Youtube.
México, D.F..- Los grandes medios de comunicación han entrado "en una acelerada crisis que pone en duda su prevalencia" y su papel de contrapoder en las sociedades actuales, y podrían sucumbir frente a otros gestionados directamente por los ciudadanos, dijo hoy el periodista mexicano Marco Lara Klahr.
En declaraciones a Efe, Lara Klahr señaló que en muchos casos los medios actuales "favorecen los conflictos", "invisibilizan" sus causas y "criminalizan la pobreza", lo que ha acrecentado la desconfianza hacia ellos de la gente.
Esas ideas las presentan el comunicador mexicano y el profesor Frasesc Barata de la Universidad Ramón Llull en su libro "Nota roja" (Debate, 2009), que están presentando estos días en México.
"El libro es un largo proceso de desarrollo de problematizar el papel, no solo el que jugamos los medios en el manejo de las noticias violentas, sino las consecuencias sociales, en democracia y en el Estado democrático de derecho, que tiene ese manejo", señala Lara.
Los dos autores hacen en la obra, dirigida a profesionales y ciudadanos, un análisis crítico de la evolución de la "nota roja" o noticia de "sucesos", ese periodismo principalmente policial y judicial que se popularizó en la prensa estadounidense a comienzos del siglo XIX y que sigue existiendo.
Ambos señalan que estas noticias centradas en el dolor humano, cargadas de dramatismo, favorecen con frecuencia que el público se sienta inseguro "porque personalizan la violencia y no muestran sus raíces".
Lara sostiene que, aunque los grandes medios lo nieguen, con frecuencia transmiten "un conjunto de valores que pueden ser antidemocráticos, reflejan visiones autoritarias del ejercicio de poder" o llegan a legitimar las fuentes de violencia.
El periodista cree que los medios industriales o grandes grupos de comunicación actuales siguen siendo "actores ineludibles" e influyentes en la esfera pública, pero al mismo tiempo han entrado "en un proceso de agonía, cediendo su espacio a los medios autogestivos", más pequeños y participativos, como Youtube.
El público los ve cada vez más como "instituciones arcaicas", que mantienen el modelo "industrial en la era postindustrial", con "prácticas muy defasadas" en términos ideológicos, tecnológicos e intelectuales, asegura.
En este contexto, considera creíble la hipótesis de que el periodismo como profesión ejercida en una industria en decadencia pudiera estar "en vías de extinción".
Cree que la gente debe reaccionar ante este deterioro informativo y de estándares éticos "cada vez más laxos" en esos medios, y hacerse cargo con cuidado de la información que consume.
A futuro opina que la esencia del periodismo la constituirán "pequeños proyectos ciudadanos" que se convertirán en proveedores de información de interés para los grupos industriales que sobrevivan a la actual crisis.