Hijos de Michael Jackson, sin máscaras ni velos

Ciudad de México.- Esta vez no hubo máscaras, ni velos. Tampoco cascos. Por primera vez en su vida, Paris Michael Katherine Jackson, Prince y Prince Michael II, mostraron sus rostros públicamente ante el mundo, y que mejor razón para hacerlo que darle el último adiós a su padre.

Además de las bacterias, era por demás conocido que el "Rey del Pop" siempre estuvo obsesionado con los secuestros, por lo que quiso mantener en el anonimato a sus pequeños.

Incluso, Jackson había convencido a sus hijos de que las máscaras y los velos "eran parte del juego" con los fotógrafos, por lo que siempre, sin importar las circunstancias, debían portarlos.

Ayer, por primera vez, los niños desobedecieron a su padre, y lo hicieron para despedirse de él ante miles de espectadores (en el Staples Center) y millones de televidentes que dieron seguimiento al Homenaje al Rey del Pop.

Tras la interpretación del tema We are the world y las palabras de los hermanos del cantante, la pequeña Paris Michael Katherine Jackson, nacida en 1998, tomó el micrófono para hablar.

Con la voz entrecortada, la pequeña alcanzó a decir: "Sólo quiero decir que desde que nací mi papi fue el mejor padre que puedan imaginar. Sólo quiero decir que lo amo muchísimo".

Luego, la niña rompió en llanto, y sus tíos (los hermanos del cantante) la retiraron del micrófono. Fue su tía Janet Jackson quien la consoló entre sus brazos.

Para Michael Jackson sus hijos era "intocables", de ahí que el artista contrató un servicio especial de seguridad para ellos, y que las niñeras acargo de los infantes estaban obligadas a usar guantes y a limpiar compulsivamente los lugares donde los pequeños estarían.

De acuerdo con reportes del sitio británico Daily Mail, las salidas de Michael Jackson con sus hijos siempre se realizaron de madrugada. Su padre los llevaba a museos y jugueterías a las 2 de la mañana.

Antes de ayer, sólo en dos ocasiones, quizá por un descuido, los niños mostraron su rostro descubierto ante personas desconocidas.

Una de ellas ocurrió hace unas semanas, durante una visita del artista y sus pequeños a un estudio de grabación en Los Angeles.