Homosexualidad: Aún no hay aceptación global
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En noviembre pasado, la Legislatura de la Ciudad de México estableció la ley de unión civil justamente cuando el cardenal del país, Norberto Rivera Carrera, estuvo enfrentando cargos de proteger a un sacerdote mexicano acusado de abuso sexual de niños en California.
El prelado eligió permanecer bajo el radar cuando apareció el voto. "La Iglesia Católica está enfrentando la credibilidad", dice el activista Brito, establecido desde hace muchos años en la Ciudad de México.
"Muchos de sus líderes, incluyendo a Rivera, sabían que si ellos se oponían ferozmente a la ley de unión gay, los medios noticiosos se los comerían vivos".
La tolerancia, sin embargo, de ninguna manera se extiende globalmente. La homosexualidad sigue siendo un tabú en el Medio Oriente. En la mayoría del Lejano Oriente, las leyes que permitan uniones civiles a personas del mismo sexo están a muchos años de distancia, si es que no décadas. Aún en México, las primeras mujeres en aprovechar el nuevo estatuto de unión civil fueron despedidas de su empleo como vendedoras de piso cuando su jefe se dio cuenta de que eran lesbianas. La nueva ley de la Ciudad de México otorga derechos de propiedad y herencia a parejas del mismo género, no así el derecho de adoptar niños.
Una encuesta de Mitofsky en 2005 encontró que el 50 por ciento de los mexicanos en edades de 18 a 29 años apoyaron las propuestas de permitir el matrimonio gay.
Karla López conoció a Karina Almaguer en la línea de ensamble de una fábrica de auto estéreos en Matamoros, Tamaulipas y las dos se convirtieron en la primera pareja mexicana en casarse bajo el pacto civil. López, ahora de 30 años, es madre de tres hijos. Ella aconseja a que más homosexuales y lesbianas sigan su ejemplo y salgan a la luz pública. "Me sentía extraña al principio, porque la gente te ve de la cabeza a los pies", dice ella.
"Sin embargo, ahora me siento más cómoda y segura". Si más políticos, clérigos y jueces promueven legitimizar las uniones como la de Karla López, el nuevo ánimo por la tolerancia proliferaría seguramente por todo el planeta a lo largo de su vida.