Inicia juicio contra custodios en EU por muerte de afroamericano
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Miami.- El juicio a siete custodios y una enfermera de un centro correccional de Florida acusados de dar una paliza y provocarle la muerte a un adolescente afroamericano inició hoy en una corte de Panama City.
Martín Lee Anderson de 14 años falleció asfixiado en enero del 2006 en Panama City, en el norte de Florida, tras desmayarse durante una sesión de ejercicios forzados al ser obligado a continuar por sus custodios.
La fiscal Pam Bondi describió en la corte partes de un vídeo de media hora en el que se observa a los custodios golpeando con puños y rodillas a Lee Anderson, mientras éste permanecía inmovil la mayor parte del tiempo ante la mirada de la enfermera.
Bondi responsabilizó a los custodios y la enfermera de la muerte del adolescente porque lo golpearon en repetidas ocasiones y no le brindaron ayuda.
Un primer informe de su muerte practicado por el médico forense, Charles Siebert, concluyó que el joven murió debido a la enfermedad de célula falciforme, que afecta principalmente a personas de raza negra.
La autopsia de Siebert fue tan extensamente criticada que un fiscal especial nombrado ordenó una segunda autopsia, en la que otro médico concluyó que el joven murió por asfixia, en parte causada por las manos de los custodios y por las pastillas de amoniaco que le introdujeron por la nariz.
Los abogados de los siete custodios tuvieron su oportunidad en corte hoy y su defensa se basa en tratar de probar que la muerte del adolescente era inevitable debido a la enfermedad de célula falciforme.
Antes de morir Lee Anderson tenía dos días de estancia en el centro correccional por sustraer el automóvil de su abuela para dar un paseo.
Su muerte despertó una gran polémica cuando se reveló el vídeo de manera pública y se mencionó la posibilidad de que los custodios del centro correccional pudieron haber actuado por motivaciones racistas.
Las autoridades de Florida han autorizado el pago de cinco millones de dólares como indemnización a los padres del adolescente. Los custodios y la enfermera enfrentan cargos de homicidio y, si son encontrados culpables, serán condenados a 30 años de cárcel.