Kika Édgar vence los nervios
COMPARTIR
TEMAS
"Fue una experiencia inolvidable haber presentado a mi María Rainer, llena de nervios, pero nos fue muy bien. La respuesta fue maravillosa, el público se levantó y son cosas que te alimentan el alma para seguir adelante", aseguró Kika Édgar en entrevista con Función.
México, D.F..- Desde muy temprana hora del jueves pasado, Kika Édgar arribó al Teatro de los Insurgentes para debutar en el musical La novicia rebelde, tras la salida de Bianca Marroquín.
Su camerino estaba lleno de arreglos florales que se fueron sumando con el paso de la tarde y los sonidos presurosos de los tramoyistas, mientras la actriz, con una malla en el cabello, esperaba el momento de ponerse la peluca y medir el tiempo para probarse cada vestuario.
Después vocalizó con el resto del elenco: Lisardo, Olivia Bucio, Darío Ripoll, Iván Caraza, Yolanda Orrantia y los niños, bajo la mirada del director Keith Batten, quienes luego de cuatro meses lucían acoplados y juguetones, mientras Kika estaba absorta y concentrada para enfrentarse por primera vez con este proyecto al público.
"Fue una experiencia inolvidable haber presentado a mi María Rainer, llena de nervios, pero nos fue muy bien. La respuesta fue maravillosa, el público se levantó y son cosas que te alimentan el alma para seguir adelante", aseguró Kika Édgar en entrevista con Función.
Aunque en su primera función tuvo algunas complicaciones con la puesta del vestuario, la actriz demostró su talento vocal y capacidad sobre el escenario, a juzgar por la buena respuesta del público que se dio cita en el lugar.
"Los tiempos de los cambios de vestuario y pelucas son muy rápidos, se tiene como minuto y medio para lograrlo, eso fue lo más complicado", destacó.
Sin embargo, la actriz resolvió los imprevistos y atrapó al recinto con la historia de la familia Von Trapp, en la que participan siete niños.
Estas escenas expresaron su ternura y su don maternal, venido a más ante su reciente debut como madre de una niña, María José.
"Siempre he sido muy niñera y maternal, pero desde luego que me sensibilicé.
"Se llega a profundizar todavía más la bondad de los niños y, estar en esta obra conviviendo con tantos, es una experiencia maravillosa, porque se aprende y absorbe su energía. Cada vez es diferente, nuevo, divertido y emocionante", enfatizó la partícipe en 2006 en el musical Cabaret.
Señaló que la compañía, bajo la producción de Tina Galindo, Claudio Carrera y Federico González Compeán, la apoyó desde su llegada.
"Esta historia nos deja la enseñanza de que siempre hay que buscar el camino propio. María representa la libertad, la bondad, la ingenuidad y la niñez. Estoy muy halagada de poder hacerla", dijo.
Tras la obtención de los discos de oro y platino por las altas ventas de su disco Lo siento mi amor, que lanzó el año pasado, su trabajo en este montaje, para el que aprenderá a tocar la guitarra como zurda, está dedicado al público y no teme a las comparaciones con Bianca Marroquín, quien arrancó esta puesta y que tuvo que dejarla para seguir su carrera en Broadway.
"Mi trabajo siempre ha estado dedicado a la gente que ha creído en mí y en lo que he logrado arriba del escenario.
"Me doy al público al cien por ciento, soy de ellos y yo me dejo, porque son el motor para mí y para esta obra. Bianca me ha dejado un paquete muy grande y lo que pretendo es igualarlo o sino superarlo, pero la comparación es muy subjetiva.
"Ella tiene un gran talento, yo también y nuestras Marías son totalmente diferentes", concluyó.
La cantante planea su siguiente material discográfico y por el momento no tiene nuevos proyectos en televisión.