La historia a la sombra del olvido
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En medio de un complejo de naves industriales, una planta termoeléctrica, vías de ferrocarril y veredas de terracería que se confunden y entrelazan, un pedazo de historia mengua a la sombra del olvido.
El paso de las tropas insurgentes de Miguel Hidalgo y Costilla por la hacienda Santa María el 17 de marzo de 1811, es uno de los más importantes hechos históricos de Ramos Arizpe. Y la capilla donde ofició su última misa, un atractivo turístico, sigue ajado y desaprovechado, sin siquiera un camino pavimentado para llegar a él.
En sus puertas chimuelas, en las tablas de madera que conforman un piso que se hunde, en las campanas rotas y abandonas a la intemperie sobre el techo, en las resquebrajadas paredes, en la ausencia de una ventana que impida el baño de polvo diario a lo que queda de sus altares, la capilla de la Hacienda de Santa María, construida en 1721 y cuya arquitectura fue, en otro tiempo, altamente valorada, hoy exhibe abandono.
Igual que la treintena de familias que viven en el caserío que rodea la capilla, sin pavimentación, sin agua y sin transporte. A ellos, además, los ha olvidado la misma Iglesia, dice Maricela Orozco, vecina de la capilla, "pues los sacerdotes ya no son como antes, quieren 600 pesos por oiciar misa... y aquí no hay tanto dinero para Dios".
Las obras de arte religioso que conformaban los altares de Santa María fueron "rescatadas" hace años por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). En su lugar, mantas azules cubren los huecos que quedaron.
Una placa de metal que descansa sobre una silla reza: "aquí ofició por última vez el señor cura don Miguel Hidalgo y Costilla, padre de la patria". Ahora la placa va y viene a la Presidencia Municipal de Ramos Arizpe, las vecinas no saben para qué. Pero recuerdan el día en que fue traída. "Vino bastante gente a dejarla", dice Maricela.
Pero hace mucho que nadie de ellos viene. Ni el INAH, ni el Municipio, ni Turismo del Estado. "Yo quisiera que el Gobernador nos visitara para que viera lo que es esto; no debe estar así", concluye Maricela Orozco.