Maradona visto por Kusturica llega a Cannes
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<strong>Cannes, Francia</strong>.- El director serbio Emir Kusturica presentó este martes su visión febril y fascinada del argentino Diego Armando Maradona, mago del fútbol mundial, en el trepidante documental franco-español "Maradona by Kusturica".
El documental, que el doble ganador de la Palma de Oro empezó a filmar en marzo de 2005 y llega a Cannes tres años después, se abre con el propio Kusturica a la guitarra, con su grupo de rock en actuación en Buenos Aires ante un público multitudinario.
Esa presencia en pantalla del propio cineasta ilustra de entrada una de las características de la película: Kusturica filma a Maradona y al mismo tiempo se filma a sí mismo, a menudo boquiabierto, como hincha que es de "la Mano de Dios". Comparten el protagonismo.
El director imagina a Maradona como personaje posible en cada una de sus películas propias, de las que rodaron Sergio Leone o Sam Peckinpah -el futbolista se vería más como Robert de Niro en "Raging Bull"-, lo equipara con un sinnúmero de personalidades mundiales y lo declara incluso dios de Mesopotamia.
Una divinidad reconocida en Argentina por la autodenominada iglesia maradoniana, que parece divertir mucho a Kusturica.
Puntuado por la versión adrenalítica de "Dios salve a la Reina" interpretada por los Sex Pistols, "Maradona by Kusturica" recoge tanto las diferentes etapas profesionales y personales del futbolista genial, como su faceta política, en una mezcla equilibrada de testimonio en directo y material de archivo.
El documental ofrece un buen número de goles emblemáticos -aunque siempre hubieran podido ser más-, la locura que fue su paso por Nápoles, su presencia en la Bombonera de Boca Juniors como espectador apasionado.
Impresionan las transformaciones físicas de Diego Maradona -en plena forma en Cannes, a sus 47 años- a lo largo de su vida, el vaivén del peso como consecuencia del consumo de cocaína y los tratamientos para frenarlo.
El deportista habla con franqueza de esta adicción que tan cara le salió.
"Qué gran jugador hubiera podido llegar sin la cocaína, aún más grande", llega a afirmar sin ironía.
El "Maradona político" tiene un lugar preponderante en el documental.
Declara su amor por Cuba y en particular Fidel Castro, aparece junto con el presidente venezolano Hugo Chávez y el líder boliviano Evo Morales, en la marcha contra la visita argentina de Bush y otras manifestaciones.
Maradona cuenta que no quiso responder a una invitación de Carlos de Inglaterra, que aborrece al norteamericano George W. Bush.
La política se refleja en el fútbol cuando tilda de facha al ex presidente brasileño de la FIFA Joao Havelange o recuerda que ganar a Inglaterra era también vengar a los muertos de las Malvinas.
Los momentos emotivos de la película llegan con las imágenes de Maradona en familia, con sus hijas, y al final, cuando Manu Chao le canta a la guitarra, apoyado en una pared de Buenos Aires, "Si yo fuera Maradona" y sobre todo el estribillo "La vida es una tómbola".
Y Maradona, protegido por una gafas muy negras, se emociona como un niño. "Maradona by Kusturica" está coproducida por Pentagrama y el canal Telecino en España, y por las empresas Fidelité y Wild Bunch en Francia.
Maradona by Kusturica/TrailerManu Chao/Maradona by Kusturica